Aquella tarde se presentaba muy larga para Clara y Jaime, una tarde verano muy calurosa, su mejor amiga, los dejo tirados, tenÃan tres horas por delante,aunque con el calor, poco podrÃan hacer mas que quedarse en casa e improvisar algo.
Clara que habÃa estudiado peluquerÃa, siempre que se juntaba con Jaime, le acariciaba, peinaba su pelo, pero siempre se quedaba con ganas de cortárselo, asà que aquella tarde no la dejarÃa escapar.
- Madre que pelo mas largo tienes.
- Ya, a ver si un dÃa me lo corto.
- Si quieres te lo corto yo, tenemos toda la tarde.
- También es verdad, mejor que no hacer nada.
- Luego te dejo que me peines y me hagas trenzas o coletas.
Clara preparo todo en su habitación, Jaime se sentó en la silla, pero ella se percato de un detalle.
- No tienes nada para después, te voy a manchar la camisa.
- No pasa nada, me la quito y ya esta.
- Espera, mejor cámbiate, toma, esta naranja, seguro te vale y para estar aquÃ,no pasa nada.
Le coloco la capa, mojo el pelo y durante minutos lo fue peinando poco poco, estaba disfrutando del momento, hasta que el pelo se seco,fue entonces cuando lo volvió a mojar y sin pensarlo, empezó a cortar.
- Ya no puedes echarte para atrás.
- No has preguntado nada de como lo querÃa, asà no vale.
- Tu relájate y deja hacer mi trabajo.
Fue cortando mechón a mechón, el se extraño que no pasara la maquinilla, pero pensaba que seria algo sutil, asà que no pregunto y trato de no pensar en nada mas que no fuera el calor.
Cuando parecÃa que estaba acabando, cogió la maquinilla y sin decir nada con la guia del numero tres, la paso por su frente.
- ¡Pero que haces!
- Nada, es para que estés fresquito.
- Ya, pero no a este precio.
- Tu calla, que seguro te queda bien.
Termino, le quito la capa, limpiaron los pelos. Se miro al espejo y la verdad no le quedaba mal, algo mas corto, pero jugaba con la ventaja que le crecÃa muy rápido y pronto lo tendrÃa normal.
- Bueno, ahora me toca a mi.
- Siéntate y relájate, sabes que me gusta tu pelo.
- Y pensar que todo el mundo quiere que me lo corte.
Tenia una larga melena negra, hasta la cintura, que cuidaba con mucho cariño,dÃa si dÃa,también, coloco la capa y empezó a mojar su melena, cogió el peine y con mucha suavidad, fue peinando con mucho cariño, ella se empezaba a relajar, fue entonces cuando Jaime agarro la maquinilla, la encendió, la coloco justo en su frente.
- Si te dejas rapar, te dejo que afeites.
- ¿Estas loco? Ni de broma, te voy a dejar.
- No dices que todo el mundo quiere…
- Ya, pero es mi pelo.
- Bueno…Piensa que me dejarÃas…
- Puede que mas adelante, si, pero ahora no.
- ¿En serio pensabas?
- Pues si.
Ambos se quedaron en silencio durante unos segundos, Jaime siguió peinando, pensando como podÃa tratar de convencerla, pero sabia que seria tarea complicada, pues tenia mucho cariño a su pelo y seria tarea difÃcil convencerla.
- Bueno, media melena y me pongo alguno de tus vestidos.
- El vestido si, pero mejor sigue peinando, que me gusta.
- ¿Como que el vestido si?
- Si, un juego,ya veras que bien, algo diferente.
Sin quitarse la capa, fue a su armario y le dejo un vestido rosa de patinadora, la verdad que le quedaba muy bien, de nuevo se sentó en la silla, se miro la hora y vio que aun faltaban 3 horas para volver a quedar con ella, el se percato y fue entonces cuando decidió actuar.
Sin pensarlo dos veces, encendió la maquina, y ataco el flequillo y una gran cantidad de pelo empezó a caer sobre la capa, la rapada habÃa comenzado, cuando se miro en el espejo, no se asusto, toco la zona con la mano y sintió una sensación de placer, siguió con un par de pasabas, muy despacito, disfrutando del momento, su larga melena,estaba empezando a desaparecer, pero parecÃa no importar a ninguno, Jaime, disfrutaba de su trabajo, de vez en cuando acariciaba la zona, pero no dejo que se volviera a tocar, cada pasada, los mechones caÃan con suavidad, y la cabeza sin pelo, empezaba a tomar forma, ademas se veÃa mas guapa, pues su cara de niña,redondita,parecÃa querer ese corte
Jaime se puso justo delante de ella,tapando el espejo, empezó poco a poco a rapar, disfrutando en cada pasada, ella veÃa caer sus mechones sobre la capa, de vez en cuando cogÃa alguno con la mano, para jugar con ellos,cuando se dio cuenta, paro y los limpio, dejando de nuevo la capa limpia, la acomodo de nuevo y se sentó sobre sus piernas, ella empezó a hacerle caricias, mientras el seguÃa con su trabajo, no dejaba que se viera en el espejo, pues querÃa que su sorpresa, fuera mas grande, ella estaba disfrutando,el ruido de la maquina,era algo excitante para ella, aquella experiencia, debÃa de haberla echo hace muchos años antes.
Cuando llevaba media cabeza rapada,decidió parar, la quito la capa y empezó a hacerla un masaje, asà durante unos minutos,hasta que comenzó a besarla por el cuello, sus menos empezaron a masajear sus pechos, ella se giro, lo abrazo y comenzó también a besarle, sus cuerpos empezaron a ser uno, pues la tensión iba cada vez en aumento, Clara metió la mano, por el vestido y empezó a acariciar su pierna, ambos empezaron a respirar cada vez mas fuerte, necesitaban liberar todo aquello, ella, le levanto el vestido, empezó a acariciar su cuerpo, mientras el seguÃa besando su cuello
- Quieres que te sorprenda.
- ¿Como me vas a sorprender?
- Solo confÃa en mi, ya lo veras.
- Solo si formo parte de tu juego.
Mientras seguÃan comiéndose a besos, ella agarro la maquina, quito la guÃa, pero en vez de empezar por la zona ya rapada, ataco por la parte de atrás, cuando el se percato, se quedo en silencio, mirando fijamente aquella franja rapada al cero, mientras tanto, ella seguÃa su trabajo, pasada tras pasada, el poco pelo que quedaba caÃa al suelo como si nada, se la notaba que estaba disfrutando con todo aquello, buscaba los mechones que aun quedaban y los atacaba desde su nacimiento,subiendo,sin parar, pues estaba disfrutando.
Cuando tenia toda la parte de atrás al cero, el resto rapado al tres, contrastaba demasiado, asà que de nuevo, pasada desde la frente, enlazando lo rapado poco a poco, paro de rapar, se quito la capa y comenzó de nuevo a besarle, acariciarle, con mimo, y con delicadeza, lo sentó en la silla,con suavidad, le coloco la capa, ella se sentó en sus piernas, y de nuevo empezó a raparse,eso si, una pasada ella, otra pasada a el, los mechones se mezclaban en la capa, sus cabezas estaban empezando a quedarse sin pelo, pero ambos seguÃan disfrutando, ella se reÃa cada vez que la maquina, tocaba su cabeza, pero sus pasadas, eran mas placenteras, que las de Jaime, pues ella seguia disfrutando.
Una vez terminado, ambos se miraron al espejo, Clara con un short vaquero y un polo azul, se veÃa guapa, no se notaba extraña, no estaba asustada, el con aquel vestido, se veÃa raro, pero no se notaba extraño por la rapada.
Ambos decidieron no quedar con la amiga y pasar la tarde juntos en casa, pues estaban muy contentos con la experiencia que acababan de vivir, pensaron en volver a repetir, cuando el pelo de ella creciera, pero esta vez, seria directamente al cero, lo que si se quedo como algo normal, era que cada vez que Jaime iba a su casa y ella estaba sola, el vestido,le estaba esperando, puede sonar raro, pero para ellos era algo normal, un amuleto de la suerte.
Hola, soy Clara y esto es una historia real, tengo que decir que fue una experiencia increÃble, ocurrió hace tres años, y la verdad que desde entonces no extraño el pelo largo, Jaime, por decisión mÃa, volvió a su look habitual, se lo sigo cortando y el me sigue rapando ¿El vestido? Es nuestro amuleto, son juegos, que recomiendo hacer….