• maca ha publicado una actualización hace 5 años, 9 meses  · 

    DECISIONES EN DÍAS DE LLUVIA
    Era una tarde de lluvia que no invitaba para nada a salir a la calle, sin tener otra cosa que hacer más que mirar la lluvia, mis 5 amigas y yo, empezamos a peinarnos, buscábamos peinados de actrices o modelos y tratábamos de imitarlos, era una forma de pasar el tiempo, mas cuando ya habíamos pasado la mayoría de edad hacia pocos meses.
    Llego mi turno, me senté en la silla, Lucia, empezó a peinar mi larga melena con la intención de hacerme varias trenzas, mientras tanto me dedicaba a ojear una revista, me gustaban varios peinados, así que poco tarde en marcar la pagina donde estaba uno de los que me gustaban, pagina, tras pagina, me encontré con una que llamo mi atención por completo, eran dos hermanas gemelas, una de ellas con una larga melena rubia, mientras que la otra lucia un buen rapado militar, leía con detenimiento la entrevista, contaba que pese a ser un cambio drástico, no se arrepentía de nada, no extrañaba su larga melena, Carla, se dio cuenta que estaba leyendo aquella entrevista, me quito la revista de la mano, la cerro y la dejo sobre la cama.
    – Oye, que lo estaba leyendo.
    – ¿Leyendo el que?
    – La entrevista.
    – ¿Qué entrevista?
    – Las chicas, la entrevista que las hacen a las dos.
    – ¿Te gusta?
    – Pues claro que me gusta, cada uno es libre de hacer lo que quiere con su pelo.
    – ¿Tú te lo dejarías igual? Dice que se rapo sin pensar, que fue algo que la propusieron y no lo dudo.
    – ¿Qué quieres decir con eso?
    – Que tú harías lo mismo.
    – ¿Tú qué crees?
    – Conociéndote ti y lo mucho que cuidas tú pelo….dudo.
    – Pues eso.
    Me levante, volví a coger la revista, Lucia me hizo abrirla por una página, la había gustado un peinado y quería imitarlo, como había que mojar, me colocó una capa rosa y empezó con el proceso, mientras tanto, seguía leyendo aquella entrevista, no podía quitar los ojos de la foto, un rapado militar, falda, top y botas todo color de negro, contrastaba con el rubio de su cabeza, me costaba pasar la página, pero el sonido del teléfono, me devolvió a la realidad, Roció, fue rápidamente a cogerlo, mientras nosotras seguíamos hablando de nuestras cosas.
    A los pocos minutos entro de nuevo a la habitación, algo debió pasar, pues todas se quedaron en silencio, Roció, empezó a reír, diciendo que no pasaba nada, que a que venían esas caras tan mustias, Lucia entre tanto seguía peinando mi pelo, mientras el resto seguían hablando y ojeando revistas, Carla me pidió la revista, pues quería ver un articulo, que no terminaba de convencerla en la que ella tenía, en aquel momento, Sandra y Laura, aprovechando que había escampado se marcharon, Lucia soltó el peine y el pulverizador y las acompaño a la puerta, algo extraño, pues debía de ser Roció quien las acompañara.
    Tras unos segundos de duda, Roció tomo la iniciativa, empezó a péiname todo hacia atrás, para con una toalla secarme el pelo, volver a peinar y volver a secar, cuando de pronto escuche un ruido, me gire y tenía una maquina de rapar en su mano.
    – ¿Qué haces con eso?
    – ¿No quieres que te lo deje igual?
    – ¡Estás loca!
    – No, estoy normal.
    – ¿Entonces qué haces con eso en la mano?
    – Tu calla, veras que guapa vas a quedar.
    Fue terminar la frase y casi sin parpadear, desde la frente hacia atrás, los primeros mechones empezaron a caer Carla, que estaba ojeando una revista levanto la mirada y al ver la franja rapada al número 3 se quedo paralizada, Roció se giro hacia ella y al ver su cara, volvió al ataque, otra pasada profunda y otra gran cantidad de mechones sobre la capa, algo debió de pasar, pues ninguna soltábamos palabra alguna, tercera, cuarta pasada, mechones cayendo sobre la capa y el suelo, Lucia una vez las despidió, entro con paso firme, quiso preguntar que era ese ruido, pero se quedo a medias al ver el pelo y mi cabeza siendo rapada.
    La verdad que era una experiencia algo extraña, por un lado me gustaba, me sentía cómoda con la situación, pero por otro lado, estaba nerviosa, por el resultado, mas no siendo ninguna peluquera profesional, pero he de reconocer que lo estaba haciendo muy bien, cuando ya tenía la cabeza completamente al 3, cambio el peine y empezó a pasármelo al 1 por la nuca y laterales, el ver los pequeños pelillos caer, ver como aquella franja se hacía cada vez más grande, en el fondo quería que aquella situación no terminara nunca.
    Pero todo lo bueno, se acaba, limpiamos los pelos y seguimos un par de horas más, al llegar a mi casa, lo primero que hice fue mirarme al espejo, pues mis padres aceptaron el corte, sobre todo cuando les llamo la atención como ocurrió todo, hablando con ellas, conté las buenas reacciones, se alegraron un montón, al día siguiente tocaba lucir look, no me sentía incomoda, mis amigas, no paraban de tocar mi pelo a cada minuto, estaban encantadas, cuando sacamos el tema, ninguna hablamos de parar todo aquello, Roció confesó que ella misma se llamo, para poder coger la maquina sin que ninguna sospechara, pero las mando un mensaje, para que no dijeran nada cuando entrara con ella, hablamos también de tratar de imitar el look, pues Carla tenia las botas, Roció el top y yo la falda, no lo pensamos dos veces y aquella tarde ya estamos con la sesión de fotos, de nuevo al ser otra tarde de lluvia, seguimos con la sesión de peinados y looks extraños.
    Con el paso del tiempo deje crecer el pelo, pero una tarde, aburrida en casa, me dio por buscar modelos con la cabeza rapada, me encontré con una fotografía de una chica, tenía 19 años, estaba completamente afeitada, además en aquella sesión de fotos, varios de los vestidos y cazadoras, las tenía en mi armario ¿El problema? Como decir que no a mis amigas, así que aprovechando que mis padres se marchaban lejos, las dije que iría con ellos, parece que coló la excusa, pero ahora tocaba lo más difícil, salir de casa, sin que me vieran, recordé que cerca de mi casa, habían abierto una peluquería que los sábados también abría por la tarde y cerraba a las 10 de la noche, no lo pensé, fue ver el coche salir del garaje, vestirme y poner rumbo a la peluquería.
    Cuando llegue, estaba vacía, algo normal un sábado por la tarde en mi barrio, rápidamente un chico me atendió, me indico el sillón y me pregunto qué corte quería, cuando le enseñe la fotografía, se quedo paralizado, luego le enseñe de donde venia, que corte me hice, fue entonces cuando dibujo una pequeña sonrisa, su compañera, parece que se percato de la extraña situación y se acerco a preguntar, cuando la enseñe las fotografías y dije lo que quería hacerme, tardo poco en quitar el chico, pues ella tenía ganas de afeitar el pelo a una chica.
    Me ajusto la capa, agarro la maquina, la limpio, la encendió y sin mediar palabra, desde la frente hacia atrás, el pelo empezó a caer, y la primera franja calva, empezaba a dibujarse, las dos empezamos a sonreír ella me contaba que era la primera vez que hacia esto a una chica, yo la conté, como llegue a esa situación, el ruido de la maquina, era muy intenso, sobre todo por el silencio.
    Cuando termino, quise tocarme la cabeza, pero me dijo que no, que debía de llegar al final, así que volví a esconder las manos en la capa, se marcho a coger la crema y una navaja, mientras no dejaba de mirar por el espejo, quería tocarme mi cabeza, pero también cumplir si palabra de esperar hasta el final, de nuevo se puso a mi lado dejo las coas sobre la mesa, limpio mi cabeza y con mucho cuidado empezó a extender la crema, nos reímos cuando vimos toda la cabeza blanca, agarro la navaja y empezó a afeitar, el ruido me empezaba a relajar, ella creo que se percato y bajo bastante el ritmo, mientras su suavidad era constante, sentía una relajación inmensa, no sabía que algo así, podía llegar a causar una sensación de placer.

    Cuando termino, me quito la capa, hicimos un par de fotos y charlamos durante bastante tiempo, en un momento dado, a través del espejo vi pasar a mis amigas, me dio tiempo a esconderme, ella se ofreció a llevarme a casa, acepte y poco mas de 5 minutos estaba frente al espejo, con el vestido rosa, imitando la postura de la foto, no sé si fue por error o porque quería que mande la foto a Roció, pero no tuve respuesta, pensé en que no lo había visto, pero pronto empezó a sonar el timbre y los mensajes de abre, sabemos que estas en casa, no paraban de llegar, ambas se quedaron alucinadas al ver mi aspecto, las enseñe las fotografías y las 3 empezamos a sacar todos los looks posibles, no se la cantidad de fotos que pudimos subir a las redes sociales, los comentarios de los amigos ante mi nuevo look, pero tengo que confesar un pequeño secreto, a los dos días, borramos todas las fotos, compre una peluca y solo disfrutaba de mi cabeza afeitada con mis amigas, los pocos que no vieron las fotos, pensaban que me había cortado el pelo ¿Volverlo a hacer? Eso lo tengo claro.