• maca ha publicado una actualización hace 5 años, 9 meses  · 

    Nota: Esta historia tiene parte de realidad y ficción, fue una situación real, pero he querido dar un toque diferente.
    Tras varios meses hablando mediante mensajes, por fin había llegado el gran día, había dejado todo preparado, miraba mi móvil cada pocos segundos, esperando su mensaje, faltaban pocos minutos para las 5 de la tarde, de un frio día de Abril, pronto el mensaje que estaba esperando, cogí las llaves, para poner rumbo a la estación de metro de ¨las suertes¨ aquel chico venia en coche, pero por cercanía de mi casa, quedamos en esa estación de metro, tras 5 minutos, se produjo el encuentro, ambos estábamos nerviosos, no es lo mismo hablar de forma virtual que hacerlo frente a frente con alguien que conoces desde hace pocos meses.
    Tras tomar algo para soltarnos, aunque se notaba que evitábamos hablar de lo que estaba por llegar, pusimos rumbo a mi casa, le notaba muy nervioso, me pregunto por mis padres, pero le dije que podíamos estar tranquilos, que ellos estaban de viaje, además que el piso a dónde íbamos estaríamos seguros, tras un pequeño paseo, llegamos a mi casa, dejamos los abrigos, nos sentamos un rato en el salón y seguimos durante unos minutos charlando, parecía que ese miedo o esos nervios, se estaban haciendo presentes, así que decidí llegar al asunto por otro camino diferente.
    – Ahora que estamos en casa, acabo de recordad que te gustaba Harry Potter.
    – Ya sabes que si, te pase muchas fotos de mis figuras y posters.
    – Esta mañana me llego el gira tiempo, lo tengo en mi habitación.
    Con esa pequeña trampa conseguí llevarlo a mi habitación, creo que no se esperaba ver tanto muñeco, así como la capa, tijeras, maquinilla, todo preparado, justo cuando ya estaba pensado en que tarde o temprano iba a llegar ese momento, le pregunte si quería que fuera en la habitación o en el servicio, para traer el recogedor y el cepillo, pero antes que pudiera hablar, le dije que mejor aquí, que se pusiera cómodo, mientras iba a la cocina.
    Ya de nuevo en la habitación, me senté en la silla, cogí el peine, le dije que me dejaba peinar el tiempo que quisiera, si cumplía un trato que habíamos hecho tiempo atrás, se quedo dudando unos segundos, pero accedió, me coloco la capa, me empezó a mojar el pelo y empezó a peinar, mientras seguíamos hablando, de nuestras cosas, así durante unos minutos, pues una inoportuna llamada de teléfono, nos interrumpo, de nuevo empezó a ponerse un poco nervioso, pero le dije que no pasaba nada, que estábamos seguros, de nuevo siguió peinando, pero esos primeros instantes de duda, se transformaron con el paso del tiempo en una sensación de relajación, tanto por mi parte como por la suya.

    De nuevo le recordé el trato, dejo de peinarme, momento el cual aproveche para levantarme y buscar aquello, mientras él se quedo esperando, mirando el móvil, pensé en la forma de distraerle y que no se diera cuenta, pero pronto me di cuenta que si lo escondía en la capa, me sentaba y se lo daba, seguro sería una sorpresa, así fue, con la excusa que iba al servicio, era donde lo tenía escondido, el no se percato de nada, me senté y el siguió peinando, cuando a los pocos minutos, le di la sorpresa.
    – Si cumples el trato, me dejo cortar las puntas.
    – No sé, lo veo un poco extraño.
    – Te recuerdo que yo sola me corto el pelo, no pasa nada porque me cortes las puntas.
    – No es eso…
    – ¿Tienes miedo a ser descubierto? Te recuerdo que estamos seguros.
    – No, no es eso, estoy algo nervioso con todo esto.
    – Y yo también, es la primera vez que voy a cortar el pelo a un chico fuera de mi familia.
    – ¿En serio?
    – Si, se lo corto a mi hermano pequeño, a mi otra hermana, pero así de amigos, eres el primero.
    – ¿Amigos?
    – Si, mis amigas me dejan que las corte el pelo, pero mis amigos, no quieren, por eso serás el primero.
    Antes de seguir, os cuento el trato: A raíz de un examen que tenia, el cual aprobé con nota, como no estaba segura, le dije de hacer un trato, el me dijo que seguro aprobaría con nota, pero yo no estaba muy segura, pues tenía poco tiempo de estudiar, así que aprovechado una foto que le mande, le gustaba la ropa que llevaba, quedamos en que si aprobaba con nota, le cortaría el pelo con mi ropa puesta, si suspendía, no pasaría nada.
    Tras varios minutos, acepto el trato, estaba muy guapo con mi falda negra, camisa blanca con lunares negros y mi cazadora roja, pensaba que le quedaría peor, pero no, así que una vez vestido, se sentó en la silla, le coloque la capa, tras peinarle un poco cogí la maquinilla con la guía del numero 5, la encendí y la coloque sobre su cabeza, pero sin la intención de rapar, esperando su reacción, se empezó a reír diciendo que no lo haría y si era capaz me tendría que dejar cortar algo más que las puntas, no lo pensé dos veces y desde la frente hacia atrás comencé la rapada, me sorprendió que no se lo tomara a mal, pues tenía el pelo bastante largo, pero bueno, lo importante es que los dos estábamos disfrutando de aquella situación, el estaba en silencio, yo disfrutando de todo el proceso, no quería terminar, pero quería hacerle ninguna locura, bastante se estaba dejando hacer.

    Tras un largo tiempo, por fin había terminado, remate la nuca y las patillas, le limpie un poco el pelo con el secador, le quite la capa, limpiamos el pelo, le invite a acompañarme a la cocina a tomar y picar algo, la verdad que estaba bastante guapo con mi ropa y ese nuevo corte de pelo, tras varios minutos charlando, la verdad que pese a todo, había pasado poco más de hora y media, decidimos continuar con todo aquello, volvimos a la habitación, me senté de nuevo en la silla, el me coloco la capa…
    – Te propongo otro trato.
    – Veras…
    – Sé que te has quedado con las ganas de raparme al cero…
    – Eso es…bueno…
    – Es muy fácil, si te dejas rapar como lo tengo ahora, te dejo que me lo rapes, te digo más, antes que me rapes, damos una vuelta como estoy ahora.
    – ¿Cómo estas o estamos ahora?
    – Como estamos ahora, o después que te rape.
    – Te propongo otra idea, ¿Recuerdas que mi tía tiene una peluquería ¨Méndez Álvaro¨?
    – Sí, que pasa.
    – Te explico, ella se va unos días fuera y me deja las llaves, si quieres quedamos y lo hacemos todo allí.
    – Si te dejas ahora cortas las puntas, acepto.
    – Eso no lo dudes.
    Tras aquella conversación y sin pensarlo dos veces, agarro las tijeras y poco a poco empezó a cortarme las puntas, no me daba miedo, es mas estaba bastante relajada y él lo estaba notando, pues empezó a peinar con mucha suavidad, de reojo miraba al suelo y a la capa, pero no estaba portando mal, pues apenas se notaba el pelo que cortaba, tras un largo tiempo, termino con el corte, seguimos hablando hasta bien entrada la noche, después de tomar algo en ¨La Gavia¨ me dejo en mi casa, esperar un rato a que llegara a la suya y seguir hablando y pasando fotos, pero el sueño, nos empezaba a vencer y nos despedimos hasta el día siguiente.
    Después de tres días, le propuse quedar, simplemente para hablar de nuestras cosas, pues el viaje se había pospuesto para finales de Mayo, aquella tarde lo pasamos bastante bien, a la semana siguiente fue él quien me propuso quedar, también se paso muy bien aquella tarde, además me llevo a un sitio, que no conocía, pese a vivir en Madrid desde que nací, el era de un pueblo cercano, pero había subido durante mucho tiempo y se conocía muchos lugares, aquellas semanas nos vinieron muy bien, nos terminamos de conocer y la verdad que nunca había conocido a alguien así.

    Por fin llego aquel día 18 de mayo, habíamos quedado en la estación de ¨Mendez Álvaro¨ para recoger las llaves de la peluquería, el día elegido el 30 de ese mismo mes, durante esa espera evitábamos hablar de todo aquello, pues tampoco quería dar muchas vueltas a la cabeza a aquella decisión, estaba dispuesta y punto, la espera fue bastante larga, habíamos quedado a las 4:30, tenía todo preparado, pero no llegaba el mensaje, como se suele decir, te alejas del móvil y este empieza a sonar, estaba aparcando, coger las llaves y bajar a la boca de metro, nos saludamos, charlamos unos segundos y de nuevo a su coche, al conocer muy bien aquella zona, le indique un sitio muy bueno para poder aparcar, tras 5 minutos andando, abrimos el cierre, entramos, dejamos todo para que no se viera nada del exterior y mientras él se cambiaba de ropa, preparaba el resto de cosas, quise sortear quien sería el primero, pero, se me adelanto y quiso ser el primero en raparse.
    Le coloque la capa, encendí la maquinilla y como la primera vez, desde la frente hacia atrás, pero esta vez completamente al cero, me estaba gustando tanto o más que la primera vez, no quería terminar, pero como todo lo bueno, se acaba, pensé que lo mejor era hacerlo con mucha calma, me fijaba en su cara y notaba que estaba tranquilo, cuando le pregunte qué tal, el me dijo que si me lo estaba pasando bien, se me notaba en la cara y en la lentitud del corte, pero no le importaba para nada, tras un rato, termine, le quite la capa, limpiamos los pelos, un par de fotos y cambio de roles, le indique cual era la maquina que tenía que coger, una vez en sus manos, la encendió y sin dudarlo empezó por toda la frente, cuando vi los primeros mechones sobre la capa, me acomode, le dije que fuera con calma y sobre todo que el también disfrutara.
    En la segunda pasada, más de lo mismo, en reguero de pelos caían sobre la capa sin piedad, el sonido y el sentir la maquina sobre mi cabeza, empezaba a excitarme, debió de darse cuenta, pues se coloco delante mío y empezó a rapar y acariciar mi cabeza, paro de rapar y sin saber cómo, nuestros labios se juntaron, así durante varios minutos, para continuar rapando mi cabeza, la verdad que no sabía lo que estaba pasando por mi cabeza, pues había pasado de no querer cortare mi larga melena, solo las puntas y muy de vez en cuando, a raparme así, sin pensar, de nuevo paro de rapar, me aflojo la capa y empezó a masajear mi cuello, lentamente empezó a bajar por mi pecho, empezó a besarme por el cuello, mientras sus manos recorrían suavemente cada centímetro de mi cuerpo.
    Tras colocar de nuevo la capa, empezó a pasarme la maquina por detrás estaba tan excitada que no note que estaba rapándome al cero, me di cuenta cuando empezó a subir en pasadas largas y el pelo ya rapado caía sin piedad , siguió rapando, cuando tenía media cabeza rapada, paro, me volvió a aflojar la capa, empezó a masajear los hombros, no quería que terminara, pero por otro lado, quería verme con la cabeza completamente al cero.
    No sé, si se daría cuenta, pero en vez de rapar, cogió unas tijeras y los pocos mechones largos que aun me quedaban los cortaba completamente a ras, cuando ya no quedaba más que cortar, dejo las tijeras, agarro una navaja, me inclino la cabeza, para acomodarla en su pecho y con mucha suavidad fue repasando la zona ya rapada al cero, una vez terminada, de nuevo con la maquinilla, se coloco delante mío, y siguió rapando, saque los brazos y empecé a acariciar su cuerpo, el se acerco a mí, me beso en la boca y continuo con su trabajo, de nuevo para terminar el trabajo, con la navaja fue repasando el resto de mi cabeza, cuando termino, no deje que me quitara la capa, quería hacerme unas fotos, con ella aun puesta, recogimos todo, nos sentamos, en ese momento, el me la quito, empezó a besarme en el cuello, ninguno queríamos que aquella situación terminara, pero había que salir de allí, si no queríamos que los vecinos sospecharan de nosotros.
    Como hacia una tarde de perros y apenas había gente por la calle, el solo se cambio los pantalones, pues le insiste en no perder el encanto, nos fuimos al coche a todo correr, para llegar pronto a mi casa, allí continuamos la magia durante varias horas, nos despedimos con un beso, quizá por las dudas, por los nervios o por alguna razón, el mensaje que quería mandarle, cayó en saco roto, pero tan solo tenía que esperar un poco y quedar al día siguiente, aquellas horas de espera se hicieron muy largas, pero cuando llego, sin soltarle de la mano, me senté en la silla y le pedí uno de sus masajes tan relajantes….

    • No está nada mal aunuqe la he ntado un poco confusa y había momentos en que no sabía quien le hacia que a a quien. Por lo demás interesenta y como dices con un toque diferente.

      Un saludo. 🙂

      • me toco escribirla un poco deprisa y casi sin tiempo para repasarla…..Un poco mas de tiempo y contare otra experiencia mejorada

    • mola la historia, es entretenida