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Ramon ha publicado una actualización hace 7 años, 4 meses ·
Era una tarde de otoño, me sentía con valentía y llame a un amigo:
– Hola, te acuerdas que querías cortarme las puntas?? pues hoy es tu día.
Al cabo de un rato ya estaba en su casa, él, incrédulo delante de esa situación me dijo:
– Bueno, puntas?
(yo)- No, lo quiero más corto por encima los hombros.
– Me acabas de sorprender muchísimo, pero me encanta.
Me senté, a él se le notaba nervioso y en realidad a mi también, que pasaría con mi cabello que hasta ahora llegaba a la cintura?
En un instante ya me había cortado la coleta entera y empezó a darle la forma al bob.
Cuando acabó me pregunto si quería raparme la nuca, yo no había previsto aquella opción pero le di el permiso. Empecé a sentir el ruido, el tacto del peine en la nuca, yo temblaba y el me dió un beso en la mejilla.
-Tranquila, tan solo será un momento.
Con la nuca ya rapada, se sentó en mi regazo y me susurró:
– confías en mi?
(yo)- si, pero que sucede?
Me dió un beso en la boca y a la vez escuché de nuevo la máquina, esa vez el ruido me paralizó y excitó. Al segundo tenia la maquinilla pasándome por encima la cabeza.
No lo podía creer, pero aquel ambiente me había hipnotizado y acabó siendo una experiencia difícil de volver a sentir
No está nada mal Sonia.
Un saludo. 🙂