Cresta (Franco Battiatto)

“Buenas tardes a todas. Bienvenidas. En esta, vuestra primera clase en esta academia de peluquería, vamos a elaborar una cresta. Y aquí tenemos suficiente pelo para elaborar una cresta. Para realizar una cresta hace falta una muy buena cantidad de cabello, de lo contrario, la creación quedará defectuosa. La modelo que nos acompaña y que se ha prestado a ello, como podéis comprobar, todas tiene unos bonitos ojos verdes grisáceos, un precioso mentón cuadrangular, unos bellos pómulos bien marcados y unas cejas perfectamente arqueadas. Pero lo más importante para nosotras es su cabello. Como veis se trata de una media melena escalonada y vaciada a navaja que llega justo hasta los hombros. Su tono es descarado: rojizo-color miel con destacadísimas mechas anaranjadas y amarillas. El flequillo es desmechado. Bien, debéis de entender que las facciones de la joven son fundamentales para un corte como el que vamos a aprender a hacer en esta sesión. La modelo, que se llama Loli y tiene 21 años, presenta pues una imagen joven y desenfadada pero hoy vamos a buscar una imagen aún más desenfadada y fresca. La haremos un corte cresta. Algo que no todas pueden lucir.

En efecto, se trata de un corte que muchas juzgaréis un tanto varonil y arriesgado pero que en seguida comprobaréis que resulta también muy femenino, sobre todo si la modelo tiene como Loli un cabello fuerte y sano; resistente pero a la vez dócil y lacio. Si, se trata de un diseño quizá muy riguroso, no apto para todas pero siempre hay una primera vez en todo.

Puedo entender que este corte os pueda resultar un poco chocante a alguna de vosotras, niñas, que posiblemente pensabais que en esta escuela se enseñaba a practicar modelos más clásicos pero quiero dejaros claro que debéis aprender a hacer de todo. ¿No creéis? Eso sí, en la medida de lo posible debéis de aseguraros que la clienta desea realmente hacerse ese corte para evitar disgustos posteriores.

Bien, vamos pues a lo nuestro. En otras ocasiones me vais a ver trabajar sobre largas cabelleras que llegarán a esta silla envueltas en toallas a lo turbante tras ser bien lavadas. Pues bien, en esta ocasión no hace falta lavar el cabello. Y no hace falta porque de inmediato lo vamos a cortar al ras. Primero lo descargaremos con la navaja casi desde su nacimiento, posteriormente trabajaremos con la tijera al rape al estilo barbero para ir aclarando el camino y por último haremos funcionar la rasuradora para eliminar todo el cabello. Únicamente dejaremos libre una estela de pelo que recorrerá la parte central del cráneo desde la frente hasta la nuca.

Vamos a ello. En primer lugar ponemos a salvo del corte ese mechón uniforme de pelo con estas horquillas. Es muy importante que el mechón sea mínimo. Así será más fácil luego mantener la cresta encrespada gracias a la laca extra fuerte. A continuación, como veis, corto con cuchilla a menos de dos centímetros todo el cabello restante. Que no os de miedo cortar. Pensad que hay que dejar al cero todos los laterales. No tiene sentido andarse con remilgos ni miedos.

Es preferible que lo hagáis, como yo lo estoy haciendo, es decir de manera homogénea. No es bueno dejar una lado rapado totalmente y luego comenzar con el otro. Eso, además de incomodar a la modelo, y hacerla sentir ridícula, no es operativo ya que nos obliga a iniciar nuevamente el corte desde el principio en el otro lado. Es mejor primero pelar a navaja totalmente mechón a mechón y luego pasar a la siguiente etapa.

Esta parte del corte ha de ser rápida y eficaz. Se trata de liberar cuanto antes la mayor parte del cabello para luego perfilar con más exactitud el mechón de la cresta en cuestión.

Ahora que la niña está casi pelona, si os fijáis bien, resaltan y resurgen sobre manera las facciones de su cara. Es decir, hemos perdido pelo, pero hemos ganado un bonito rostro. Por eso es tan importante que este arriesgado corte lo trabajéis en bellas mujeres.

Es bueno que ahora quitéis todo el pelo del cuello, rostro y capa de la modelo ya que la navaja siempre dispara mucho cabello y no es una sensación muy grata como sabéis.

¡Perfecto! Es el turno de las tijeras. Se trata de repasar, así como lo estoy haciendo yo al estilo barbero de abajo arriba con este peine, el anterior corte hasta dejar el pelo absolutamente al ras. Hasta lo mínimo que os permita la tijera. El corte debe ser aún más severo. Recordar el pelado que le hacían a vuestros hermanos en el servicio militar y repetidlo sin concesiones. Incluso apurad más. Para ello resulta interesante elegir uno de los laterales y no terminar con él hasta que el cabello ya sea imposible de peinar. Si os dáis cuenta ya se puede distinguir en esta parte el cuero cabelludo de la modelo y si lo toco con mis dedos como estoy haciendo pincha.

El otro lateral de la cabeza se trabaja de igual modo. Así. Es importante que las tijeras estén perfectamente afiladas para el corte sea más preciso. Respecto al peine, usad uno como este, el que permita dejar el pelo lo más rapado posible de los que tengáis a mano. Esto, os recuerdo, es más que un corte de caballeros: es un rapado casi integral.

Bien. Pues ya hemos acabado con este lado también. No os preocupéis en dibujar las patillas ni la parte de atrás de las orejas porque de inmediato lo vamos a hacer desaparecer con un buen rasurado. Y para ello emplearemos una buena máquina. Como ésta. La acción de la misma será más perfecta y rápida porque ya apenas queda pelo que cortar con lo que las cuchillas trabajarán más rápido y avanzarán mejor. Para ello liberaremos de esta manera cualquier guía de la máquina. Se cortará directamente al #0. Que no os tiemble el pulso. No dejéis la guía a uno o al dos porque el corte no será exacto ni bello. Al final tendréis que llegar al final, es decir, al #0.

Pensad que la sensación de ser despelucada al cero no es algo muy habitual. Por eso es posible que suceda lo que le ha sucedido ahora a la modelo y es que mueva el cuello, realice algún tipo de inesperada contracción de la cabeza que podría desbaratar el corte. En ese caso habría que recortar todo el cabello y rapar por completo a la modelo. Si os sucede eso tendríais que terminar el trabajo con espuma de afeitar, maquinilla y loción. Una cresta no puede quedar a medias y si hay que rapar entera la cabeza es necesario pulir para el mejor acabado del trabajo. Pero es mejor no tener que llegar a esos extremos. Os recomiendo prudencia en el uso de la máquina, jóvenes.

No pongáis esa cara de asombro chicas. En un salón de peluquería se puede producir cualquier circunstancia y hay que saber salir de él, incluso que la mujer se ponga a llorar al verse desprovista de pelo, pero, ese no es el caso. Vemos como Loli está hasta disfrutando con el corte. ¿Verdad, Loli?

Claro que sí. De todos modos para evitar malas experiencias a las clientas procurar darles confianza. Relajarlas, pero no paréis jamás la máquina. Alargaría el proceso del rapado y eso no es bueno ni conveniente. Además, alguien que se arriesga con este corte no puede echarse atrás cuando está tan avanzado.

Como podéis comprobar la máquina avanza mucho mejor sobre una superficie que conserva ya tan poco pelo.

Pasamos una y otra vez por los laterales hasta justo donde comienza el mechón de la cresta. Es importante que no quede nada como estoy haciendo. Un pequeño despiste puede estropear esta bonita creación.

Eso es. Ni rastro de pelo. ¡Perfecto!

Bien, pues es momento de volver a limpiar y recoger el pelo rapado y preparar a la modelo para el proceso definitivo del corte. Para ello liberaremos de las pinzas el pelo restante y lo cortaremos de forma uniforme a tijera como estoy haciendo ahora. Si el pelo poco dócil podéis emplear el vaporizador de agua para domarlo pertinentemente. Cuanto más largo dejéis el mechón más difícil será mantenerlo en pie así que os recomiendo que tampoco os amilanéis en esta acción y cortéis un buen trozo. Así. Menos pelo, más fácil para todos.

El siguiente paso es elegir la coloración del cabello. Un corte tan drástico como este exige un tinte igualmente provocativo. En este caso hemos decidido el rosa fucsia y para reforzar la sensación cromática tintaremos también las bonitas cejas de la joven del mismo color. No obstante el proceso de teñido lo haremos más tarde. Para que veáis el acabado final terminaremos ahora encrespando el cabello.

Si el pelo es, como digo, fosco, emplearemos la plancha eléctrica de cabeza plana para conseguir el resultado que queremos. Si, como en el caso de Loli, el cabello es lacio no hará falta. Para ello es necesario aplicar una muy buena porción como esta de gel gomina extra fuerte con las manos y siempre en dirección hacia arriba. Es necesario esculpir perfectamente el cabello para que quede totalmente recto, como si fuera un adminículo de plástico que se le ha colocado de forma artificial a la modelo. Ahí está la gracia, en superar la realidad. Aplico un poco más y…. ¡Eh voila! Ya hemos terminado. ¿Qué os ha parecido el cambio? Impresionante ¿Verdad? ¡Pues hasta la próxima chicas!”

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Author: mdj

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