Julia era un chica de 23 años estudiante de magisterio, vivía sola en un piso a las afueras de la ciudad, un día aprovechando que no tenia nada que hacer, había terminado el curso, y decidió arreglarse el pelo, ya que lo tenia demasiado estropeado. Había descuidado su larga melena castaña durante tanto tiempo, que ya era hora de arreglar y empezar a lucirla en condiciones. Harta de su peluquera habitual, decidió cambiar de lugar, pasar mas desapercibida e incluso pensó en un cambio mas acusado, al final y después de muchas vueltas, todas las que veía estaban llenas, encontró una voy que estaba sola y se decidió entrar.

– Buenos días, ¿tienes gente o me puedo quedar?
– Buenos días, pasa siéntate, ahora estoy contigo.

El peluquero era un chico joven, no más mayor que ella, muy educado, vestido de manera informal, pantalón vaquero, polo blanco y zapatos. El local no era muy grande, pero estaba bien equipado, dos sillones, muy modernos, lava cabezas, de ultima generación…

– ¿Qué quieres que te haga?
– Las puntas y un repasito. Lo tengo muy dejado y se mota mucho.
– No te preocupes, siéntate aquí, te lavo y empezamos.

Mientras lavaba su cabeza, entro una mujer con su hijo, de 8 años:

– Buenas Sergio, te dejo al chico que dice que lo quiere como su hermano.
– No te preocupes, detrás de esta chica está.
– Lo malo que llevo prisa, si no te importa ¿se lo puedes hacer a el primero?
– No me importa, no llevo prisa. Respondió Julia de manera decidida.

Acto seguido colocó un elevador sobre el sillón, sentó al chico y después sentó a Julia en el otro, la coloco una toalla sobre los hombros y una gran capa azul. Acto seguido preparó el carro, lo acerco hasta el chico, mojó todo su pelo y empezó a cortar. En poco mas de 5 minutos estaba terminado, al numero 3 los laterales y atrás, y efecto trasquilado la parte de arriba. Julia le dijo lo guapo que estaba y que parecía mucho mas grande. Acto seguido apareció la madre, pagó y ambos se marcharon.

– Bueno, me dijiste las puntas y un repaso ¿verdad?
– Si, aunque me gusta mucho como se lo dejaste a ese chico.
– Si, es un corte que queda muy bien y puedes peinarlo de muchas formas diferentes. ¿Qué pasa que te lo quieres hacer?
– No se, la verdad que venia con esa intención y ahora estoy dudando.
– Hacemos una cosa, mientras cambio el CD te lo piensas, de todas formas si ves que el 3 te pareció muy corto te puedo pasar un numero más.

Mientras cambiaba el cd, Julia, pensativa si realmente quería deshacerse de su larga melena que tantos años la había acompañado. Pensativa se levantó y agarró la maquinilla. Empezó a jugar con ella, hasta que Sergio salió:

– ¿Te has decidido? Porque como te veo con la máquina…
– Si, déjamelo así, al fin y al cabo el pelo crece. Además no creo que me quede tan mal, pero no quiero coletas, córtalo todo y punto, con eso te digo todo.

Sergio decidido agarró las tijeras y empezó a cortar su larga melena. De tres cortes había rebajado todo su pelo asta la altura de los hombros, de nuevo empezó a rebajar esta vez apurando mas. Mientras tanto Julia estaba mucho mas relajada que el principio, tenia una sonrisilla que trataba de disimular, pero Sergio ya se había dado cuenta y empezó a relajarse, mucho más despacio, tratando de disfrutar del corte.

Una vez terminado, colocó el peine y la maquinilla al numero 4, empezó por detrás, poco a poco.  Mientras tanto Julia ya no podía disimular la sonrisa, que cuando ya se voy con un lateral rapado no pudo apuntar mas, la sonrisa de oreja a oreja era mas que evidente.

– ¿Qué tal te ves? La verdad es que te queda muy bien, te veo más guapa y algo más joven.
– La verdad es que si, me queda hasta mejor, me veo mucho mas guapa.

Mientras hablaban sonó el teléfono, Sergio fue atenderlo. Mientras el estaba hablando, Julia se tocaba la parte rapada, se sentía muy cómoda con el cambio, cada vez mas cómoda y mas relajada. De nuevo agarro la maquinilla y se puso a jugar con ella, hasta que por fin salió Sergio.

– Te ha gustado la maquinilla ¿verdad?
– Un poco, me gusta la sensación y como me queda.
– ¿Te animas? Si tanto te gusta, porque no probar, además si no te gusta te regalo una peluca y no te cobro.
-¡¡¡ Tú estas loco!!!! Aunque bueno si me dejas un rato más… me lo pienso.
– OK como quieras, me voy detrás, cuando estés me avisas, o si quieres puedes empezar tú, te dejo libertad.

Nada mas entrar en la habitación, Julia se levanto, agarró la maquinilla, la encendió, la llegó a poner contra la frente, pero dió marcha atrás y llamo a Sergio. Este salió, la quitó la maquinilla y sin apagarla preguntó que si estaba segura. Ella de forma directa dijo que si, que adelante, así que Sergio empezó por la frente dejando un pequeño flequillo, poco a poco fue avanzando, despacito, mientras julia sonreía. Se estaba gustando, no quería que terminara  y mientras tanto el que había captado la mirada, fue mas despacio, como si ambos lo disfrutaran. El ruido de la maquina relajaba a Julia, mientras se miraba en el espejo y sonreía ya sin disimular, llegó a sacar la mano y tocarse un poco la parte de arriba así hasta el final.

Una vez terminado, arreglo un poco el flequillo, quitó los pelillos que la podían quedar, quitó la capa y ella se vió con su pelo corto, su camisa azul y su pantalón negro…

-Te queda muy bien, pareces otra, en serio, te queda genial.
– Si. Me queda mejor de lo que pensaba, no pensé que llegaría hacer esto, pero no me arrepiento.
– La verdad es que has sido muy valiente, pero merece la pena el resultado.

Después de una larga conversación, una vez pagado todo, ella se fue a su casa. Nunca dejó de faltar a su cita y  con el paso del tiempo llegaron a salir juntos  hasta la fecha, que nadie los ha separado…

Author: mdj