Mi ingreso al colegio militar (por Alex Becker)

Yo tenía 11 años, era una chica en pleno desarrollo con las hormonas a todo lo que dan, acababa de salir una primaria mixta, siendo esta una escuela de monjas, para entrar a otro colegio y estudiar la secundaria y posteriormente la preparatoria pero nunca me percate que ésta iba a ser de un género algo diferente (Militar), no imaginaba como iba a ser mi futura educación ya que nunca había tenido referencias de algún familiar, de mis padres o persona externa referente a este concepto de colegio.

Me había caracterizado por ser una chica normal, de buenas calificaciones, pero con problemas de conducta, siempre he sido una chica algo rebelde.

Cuando me di cuenta, ya estaba inscrita en un colegio militar, no sé, si porque mis padres se querían deshacer de mi y si esa decisión la habían tomado por mi rebeldía o bien alguien se las había recomendado.

Mis padres me llamaron y me dieron la noticia, ya tienes matrícula, me habían inscrito en un colegio militar, me comentaron que tenía que vestir uniforme militar color caqui, camisola con botones con el logo del colegio dorados, los cuales tenía que pulir diariamente, pantalón, gorra, corbata, fajilla negra con hebilla dorada, botas negras tipo militar con casquillo de acero y herraduras en las suelas como las que usan los caballos, las botas se tenían que lustrar 2 veces al día, una para la revista de la mañana y la otra para la revista de la tarde, todo esto para pasar las 2 revistas diarias, si no pasaba cualquiera de las 2 revistas sería arrestada.

Adicional a lo anterior mis padres me llevaron a comprar a una tienda de artículos militares el uniforme de gala, el cual estaba conformado por “kepi”, levita o saco con botonadura dorada en V, hombreras, pantalón con vivos del color de la levita e iba a usar las mismas botas militares color negro del uniforme de diario.

Pensé que como éramos mujeres íbamos a poder usar alguna falda y zapatillas, pero no fue así, era una escuela militar, no tipo militar.

Durante las vacaciones de verano pensaba en el día y la hora de ingresar al plantel, no quería que llegara ese momento por la incertidumbre que me embargaba con respecto a mi futuro.

Mis padres durante el verano no me comentaron nada adicional referente a cómo era la academia militar, en donde quedaba ubicada, todo era un misterio, les preguntaba y me respondían con evasivas.

No sabía si me iba a encontrar con algunas de mis amigas que tuve durante mi estancia en la escuela primaria de monjas.

Lo que se me hacia extraño es que mis padres no me comentaron nada referente al cabello, ya que yo lo traía largo por debajo de los hombros, pero en fin, posiblemente iba a tener que usar una coleta o el cabello corto, me imaginaba como príncipe valiente o un poco más cortito, pero que ingenua fui, no tenía idea de lo que me esperaba.

Finalmente llegó el día de ingreso al famoso colegio militar, recuerdo que me despertaron y levantaron temprano como a las 5:00 am, estaba con cierto nerviosismo, no había podido conciliar bien el sueño, mi subconsciente permaneció alerta durante toda la noche, tenía miedo, por la mañana me pidió mi padre que me vistiera con el uniforme militar de diario color caqui y que preparara una maleta con 7 mudas de ropa interior.

Nos subimos mi madre y yo al automóvil con mi padre camino al colegio militar, vi como mi padre iba por una ruta desconocida, más o menos como a 1 hora de camino de la casa en las afueras de la ciudad, íbamos llegando al plantel cuando vi una reja enorme de casi 8 metros de altura por 5 de ancho, aparcamos el auto en el estacionamiento, al entrar al plantel, cuando me di cuenta mis padres que iban a mi lado se habían quedado unos pasos atrás y me ordenaba una señora vestida de militar y mal encarada que me diera prisa, situación que me sorprendió e intimidó ya que se dirigió hacia mí con dureza y autoridad, el colegio me pareció una cárcel, con bardas demasiado altas, una caseta de mando, el asta bandera, muchos jardines, patios enormes, al fondo se encontraban las aulas, conforme iba caminando vi a chicas como yo con el uniforme de la escuela algo desalineado y eso me dio algo de tranquilidad, pero no me duro mucho.

Nos ordenaron que nos formáramos de acuerdo al grado, en este caso en donde estaba un letrero que decía primer grado, cuando voltee a ver a las demás chicas de grados avanzados me quede con los ojos desorbitados, cuando me percate de que todas se contaban con un corte de pelo militar extremo, al cero, como si fueran varones.

La militar que me había permitido el acceso al plantel, nos ordenó a todas las chicas de nuevo ingreso que hiciéramos 4 filas de 15 y que nos formáramos por estaturas, nos informo que ella iba a ser nuestro titular durante todo el año escolar, nos ordenó marchar hacia uno de los patios del plantel, cuando nos dimos cuenta íbamos pasando por un lugar que decía comedor, una bodega que decía Armería y como a 20 metros estábamos llegando a un aula que decía Barbería.

De inmediato nos ordenó que hiciéramos alto, todas nos alteramos y nos volteamos a ver, empezamos a murmurar, otras chicas empezaron a querer llorar, de inmediato la titular nos llamó la atención y ordenó que nos calláramos y como castigo nos puso hacer 5 series de 20 sentadillas y 5 series de 20 lagartijas antes de ingresar a la Barbería.

Todas nos encontrábamos nerviosas, pero después de las series de sentadillas y lagartijas nos relajamos y nos ordenó que pasáramos a la Barbería de dos en dos, antes de entrar en la misma, nos percatamos que había un letrero afuera que decía prohibido hablar.

Cuando iban ingresando de una manera casi marcial, nos indicaban que tomáramos asiento, después de una docena de chicas, que entraron con cabello y salieron sin el mismo, llegó mi turno y casi de manera autómata me senté en un banco de madera, la peluquera militar me puso la sabana de peluquería, tomo la maquinilla, la prendió y sin ningún tipo de peine la puso en mi frente y me empezó a rapar al cero, la paso desde la frente hasta la coronilla, sensación que me hizo temblar de placer, fue una sensación nunca antes experimentada por mí, de inmediato sentí que se estremecía mi cuerpo y note que estaba mojada en mi vagina, empecé a temblar, la peluquera militar siguió pasando la maquinilla por todos lados, hasta que terminó, situación que un poco antes de que finalizara con su tarea tuve un orgasmo casi imperceptible para ella, situación que nunca antes había experimentado, debido a mi corta edad, pero me encanto.

Posteriormente, me ordenó que me levantara y pasara a uno de los bancos para el afeitado extremo, de nueva cuenta se me estremeció mi cuerpo y me temblaban mis piernas, se me hizo eterno el llegar al otro banco, pero debido a mi tardanza para ocupar el otro banco, mi titular se dio cuenta de lo que me sucedía y me ordenó de inmediato que hiciera 5 series de 20 sentadillas motivo por el cual termine exhausta, me incorpore con mucho trabajo, me tomo del brazo y me sentó de inmediato en el banco, me ordenó levantar la cabeza, que me viera en el espejo y que no me moviera, como castigo adicional le dio indicaciones a la peluquera que me afeitara la cabeza cuando menos 5 veces y le advirtió que no quería ver ninguna pelusa en mi cabeza, de ser así, usted como peluquera será arrestada y sancionada.

De inmediato la peluquera me aplico jabón en toda mi cabeza y la empezó afeitar, empecé a sentir una especie de escalofrío y placer nuevamente en todo mi cuerpo, sentí nuevamente muy húmeda mi vagina, cuando terminó de afeitarme la primera vez, sentí mucha frescura en mi calva y tuve nuevamente otro orgasmo, pensé que con esa afeitada bastaría y me podría retirar, que ilusa fui, se acerco mi titular toco mi calva y noto que todavía raspaba y ordenó nuevamente a la peluquera que procediera afeitar las cuatro veces restantes que había ordenado, quería ver y sentir mi calva completamente lisa y por si fuera poco le dio instrucciones de pulir y de abrillantar mi calva cuando terminara, las demás chicas se quedaban atónitas cuando pasaban y veían lo que me estaban haciendo. La única diferencia para con ellas, es que a mí me afeitarían 5 veces, me iban a pulir y abrillantar la calva y a ellas nada más las iban afeitar 1 sola vez.

Una vez que la peluquera terminó con mi afeitado extremo, se acerco mi titular a verificar que se hubieran cumplido con sus órdenes, situación que no fue así, noto algunos cabellos muy pequeños cerca de mis orejas.

Mi titular se molesto mucho y le dio instrucciones a la jefa de las peluqueras que la arrestara de inmediato por no haber cumplido con la tarea encomendada.

Situación que fue contraproducente para mí, ya que la peluquera que me había afeitado se me quedo viendo con unos ojos que sentí que me quería fulminar, ella pasó a ser una de nosotras, sentaron a la peluquera en uno de los bancos de madera que estaba a mi lado, la jefa de peluqueras ordenó a otra de sus compañeras que rapara al cero, y le ordenó que lo hiciera hasta que no tuviera ninguna pelusa en la cabeza, para que entendiera cual había sido la orden dada a ella en su oportunidad por mí titular, pero al mismo tiempo, advirtiendo que si no llevaba a cabo bien su tarea, a ella también se le aplicaría el mismo castigo, cabe señalar que ellas llevaban el cabello corto hasta los hombros. Adicional al afeitado extremo, tenía que cumplir con su arresto que comprendía con ejercicios físicos, el cual consistía en lo siguiente:

Todas las mañanas la peluquera se levantaría a las 5:00 am, correría 3 kilómetros a paso veloz, haría 5 series de 20 sentadillas y 5 series de 20 lagartijas, posteriormente se reuniría conmigo en la barbería a las 7:00 am y las peluqueras asignadas procederían afeitar de una forma extrema nuestras calvas y así durante tres meses, situación que nos llevo a hacer una buena amistad y que nos llevó a limar asperezas, posteriormente nos daban ataques de risa por lo ocurrido, ya que yo iba a permanecer en ese plantel durante 6 años, 3 de secundaria y 3 de preparatoria, ambas lo tomamos con filosofía y nos hicimos muy buenas amigas.

Cada 10 días teníamos que pasar revista de pelo o más bien de calva bien afeitada, situación que teníamos que prever en el paso por una barbería externa al plantel y que de preferencia estuviera cerca de nuestro domicilio, ya sea el día sábado que salíamos del internado o bien el día domingo que descansábamos, ya que si no lo hacíamos, el día lunes nos haríamos acreedoras a un arresto con ejercicios múltiples tipo militar, como sentadillas, lagartijas, caminar en cuclillas y correr a paso veloz durante un tiempo mínimo de 3 semanas, así como él ser rapada de una manera extrema, situación que me excitaba, no sé por qué, pero disfrutaba, el pasar por todo ese proceso de preparación para pasar las famosas revistas, pero no había podido tener 1 orgasmo similar a lo ocurrido en esa primera ocasión.

Adicional a lo anterior, diariamente nuestro titular nos pasaba revista de uniforme, botonadura bien pulida, botas bien boleadas. Pero un día tomé la decisión de No prever tal obligación y aunque sabía las consecuencias que traería consigo, lo disfrutaba, me daba mucho placer que me raparan mi calva de una manera extrema y si iba acompañada de castigos era mejor, la afeitada de mi calva fue diaria y de esa manera podía tener diariamente la misma sensación orgásmica como lo disfrute esa primera vez.

Y así transcurrieron los 6 años de placer con respecto a la afeitada en mi calva, cuando salí fui a casa de mis padres, ya contaba con 18 años, y tome la decisión de continuar con mis estudios en alguna universidad, pero no tenía idea de que iba a estudiar y en casa no había suficientes recursos, finalmente tome la decisión de estudiar para estilista, no pregunte si les parecía o no a mis padres, ya que ellos nunca me tomaron parecer del ingreso al colegio militar, y como es algo que me gusta, disfruto, excita y apasiona, actualmente sigo conservando mi calva y soy experta en afeitados extremos, diseño logotipos de empresas como publicidad en las calvas de mis clientes varones y de chicas, ellos y yo ganamos bien con la publicidad en nuestras calvas, por cierto ya no me recuerdo con cabello y creo que el afeitado me sienta muy bien, me veo guaperrima hasta he sido contratada como modelo y me pagan muy bien.

Por cierto la peluquera que me rapo por primera vez en el colegio militar y yo somos socias de la Barbería y las mejores amigas

mdj
Author: mdj

2 comentarios

    Me quiero rapar con extremo total pero soy muy insegura…. Aunque deseo sentir una máquina rapando mi pelo

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