Cárcel de mujeres (Agustín García)

Joanna escuchó la sentencia con pasmosa tranquilidad. Después de año y medio asistiendo a la sala de juicios, soportando interminables interrogatorios, mentiras y montajes, el escuchar por fin la sentencia, era para ella una entera liberación. Sabía perfectamente de su inocencia. Fue su novio quien conducía la noche que atropelló a la anciana. Pero su novio murió en el accidente, y ella fue denunciada por la compañía de seguros. Se negó a pagar la prima por defunción y ella «pagó los platos rotos». Sí, ella sabía que era inocente, pero el jurado emitió una sentencia totalmente contraria. Culpable. Y el juez la condenó a cinco años de prisión por el delito de imprudencia temeraria. (más…)

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