Tarde de Vacaciones (Maca)

Victoria, Adela, Irene y Alberto, se habían conocido en una escuela taller, más bien en el autobús que los trasladaba, pronto hicieron buenas migas, también estaban en el mismo grupo de trabajo, y sus edades entre 19 y 22 años, hacían el resto.
Victoria y Alberto, ya se conocían del instituto, puesto que ella había terminado peluquería, mientras que el, término mecánica, Adela e Irene, pese a ser del mismo pueblo, no se conocían, pero el tiempo y el paso de los días en el curso, acabaron por forjar una buena relación de amistad, tan buena, que a diferencia del resto de sus compañeros, ellos, quedaban después de terminar su jornada.
Desde que empezaron en la escuela, Victoria no paraba de picar a Alberto con el pelo, pero este, en vez de acceder se adelantaba, Adela e Irene, ya habían pasado por sus manos más de una, dos tres veces, estaban bastante contentas, pero aun así, no tiraba la toalla, estaba esperando al momento adecuado.
Ese día llego, las tan esperadas vacaciones, aquel día, terminaron un par de horas antes, lo que sirvió para preparar durante el trayecto de vuelta, unos 20 kilómetros, para pasar una tarde de piscina en casa de Victoria, puesto que sus padres estaban de viaje, su hermano trabajada en turno de noche y salía de casa sobre las 18:30 horas, tendrían toda la tarde y parte de la noche para ellos, sin nadie que pudiera molestar.
Todos llegaron a su hora, comenzaron a charlar mientras se preparaban para una tarde de piscina, tras el primer baño, marcha su hermano, la cosa comenzaba a cambiar a mejor, pero el tiempo, empezó a estropearse a toda velocidad, eran las 19.30 y la tarde de piscina estaba a punto de llegar a su fin, Alberto, ya estaba cambiado, esperando a ver cómo evolucionaba la tarde, las chicas, al ver su adelanto, empezaron con las bromas.
– ¿Qué pasa? ¿Eres el primero?
– Por lo menos, no estoy medio mojado, medio seco.
– Pero vas a sudar con este calor y como no llueva, te vas a quedar sin baño…o te vas mojar.
– Ni de broma, me voy a tirar con la ropa puesta, que luego se moja y no se seca.
– Te dejo algo mío y listo, así no tienes que preocuparte, te dejo otro bañador, así ya te quitas de problemas.
Victoria subió a su habitación, tras unos minutos bajo con una bolsa, la cual dejo sobre su silla, las chicas sabían lo que escondía, por eso no dijeron nada, decidieron esperar a ver cómo evolucionaba la tarde, pero la lluvia se hacía de rogar y la temperatura seguía siendo elevada.
– Como siga así, me pienso meter otra vez en la piscina.
– Tu y todas Irene, sigue haciendo mucho calor.
– Y yo también…
– ¿No decías que no te quieras mojar nada?
– Pero…
– Anda mira en la bolsa, veras que bien.
Alberto, no miro la bolsa y se fue directamente a la piscina, comenzaron a jugar durante varios minutos, Irene hizo un gesto y Victoria, salió de la piscina, alegando que escuchaba sonar el teléfono, mientras ella, se secaba, el resto continuaba en la piscina, en realidad trataban de distraer a Alberto para que no se diera cuenta de lo que pasaba fuera del agua.
Como si todo estuviera preparado, nada salir Victoria, comenzó a llover, pero el calor aun seguía haciendo acto de presencia, en cuestión de minutos, ya estaban vestidas, Alberto comenzó a buscar sus cosas, fue entonces cuando le señalaron la bolsa, la abrió.
– Venga en serio darme mis cosas.
– No, además vas a estar muy guapo.
– Con esto voy a estar guapo…esto es estar ridículo.
– ¿Ridículo?
– Si, ridículo.
– Vale, te lo damos, si te dejas cortar el pelo.
– Ya empezamos.
– Pero en serio ¿Qué te pasa? Nunca te dejas y ellas siempre quieren y no trabajo tan mal.
Tras unos minutos más, Alberto accedió, se marcho al servicio donde pudo ponerse toda la ropa que había en la bolsa, una falda patinadora negra, top azul de tirantes azul y la gran broma de Victoria, un bikini a juego, subieron a la habitación, donde ya estaba todo preparado, Alberto se sentó en la silla, Victoria coloco una capa de color rosa y sin apenas decir nada, encendió la maquina, comenzó a rapar sin dudar, una, dos, tres…
– Ves como no soy mala, no te lo estoy dejando al cero, es al tres.
– Pero has podido preguntar antes si quería.
– Si te pregunto, se que vas a decir que no, además, esto es por decirme siempre que no.
– ¿Siempre que no?
– Claro, nunca te dejas, nunca dices nada cuando te pregunto, ya nos conocemos…Creo que hay confianza.
– ¿Tú crees que yo me dejaría si me haces esto?
– Si tú te dejas, te lo corto como quieras, si no te gusta, pues lo respeto, pero así, parece que pasas, no dices nada, esta es mi venganza.
Victoria continuo rapando, mientras Irene no hacía más que pedir la máquina para poder raparle un poco, Victoria accedió, Irene comenzó a rapar poco a poco, mientras Adela no hacía más que mirar.
– Esta muy concentrada Adela ¿Te gusta?
– Pues claro que me gusta…
– Pues después vas tú, pero te lo dejas al cero.
– Al cero no, pero como el si…
– ¿Te lo dejarías como él?
– Pues claro.
– ¿Y si lo dejamos al cero? ¿También?
– Que pesada, ni él ni yo, lo queremos al cero, si lo quieres tú… pero no te atreves.
Irene, devolvió la maquina a victoria para que terminara el trabajo, mientras que ella seguía rapando Irene y Adela seguían hablando, pero sin darlo mayor importancia, fue entonces cuando Victoria, quito la guía para rematar el trabajo, últimos retoques y listo, Alberto ayudo a limpiar los pelos, la maquina se quedo cargando, miraron por la ventana pero la lluvia continuaba, aunque se veía algo de luz, eran las 20:30 y la cosa parecía pintar bien.
Tras recoger todo, Victoria fue a guardar la maquina, Irene dijo que no, esta la cogió, comenzó a jugar con ella, acercándola al pelo de Adela.
– Bueno que, si me rapo yo ¿Te rapas tú?
– Escucha, como se que no te atreves, yo me rapo, yo sola, si tu, tal cual está la maquina te rapas.
– ¿Quieres que suba la apuesta?
– ¿Subir la apuesta?
– Tú te rapas, yo me rapo, Alberto se rapa al cero y esta noche tal cual estamos nos vamos a dar una vuelta.
– Esperad…
– ¿Qué te pasa?
– Yo me voy así, sin rapar mas y vamos donde queráis.
Irene sin pensarlo encendió la maquina, desde la frente comenzó a rapar su cabeza, una pasada larga desde la frente, hasta llegar casi la nuca, otra pasada de igual manera, agarro un peine para quitar los mechones que aun quedaban, poco a poco iba descubriendo su nuevo look, al verse con aquella franja calva, Adela empezó a sonreír y tocarse su pelo, Irene, no podía dejar de tocarse su franja calva, pero a su vez quería seguir con su trabajo, pero Victoria entro a la habitación.
– ¡Pero qué estás haciendo!
– ¡ Esta al cero! Joder, que pasada
– ¿Te gusta? Mira el lado bueno, te vas aquedar fresquita este verano.
– Y tanto que me voy a quedar fresquita, con este calor, se agradece
– Eso no lo dudes…
Irene continuo con su trabajo, una pasada tras otra su media melena de color negro caía al suelo en cascada, sin prisa, pero sin pausa, como si ninguno quisiera que llegara el final, Victoria entre tanto, preparaba otra máquina, para rematar el trabajo, mientras tanto Adela esperaba su turno.
Irene termino, dejo la maquina en el cargador, Victoria cogió la otra máquina y empezó a repasar el corte, Adela pregunto si aun tenia batería, Victoria quito el cable del cargador y lo coloco en la maquina, Adela la agarro, la encendió, tras acomodar el flequillo, con total decisión, siguió los paseos de Irene, pasadas largas, sin prisa pero sin pausa, el sonido de las maquinas hizo que Alberto se levantara, se acero a Victoria y pidió dar unas pasadas, esta accedió, todos estaban completamente excitados, pues aquella situación parecía gustarles.
Irene, decido quitarse la camiseta, dejando la parte de arriba del bikini al descubierto, Adela, la cual llevaba puesta la capa, se la quito, pero ella al llevar un vestido blanco, poco podía hacer para mitigar el calor y evitar que los pelos se pegaran en el, pero eso no suponía ningún problema, el sonido de las maquinas y ver caer el pelo de Adela en casada, era una mezcla de placeres.
Cuando termino con Irene, esta comenzó a tocarse su cabeza, estaba completamente excitada, quería llegar más allá, pero decidió esperar, a que Adela tomara asiento, lo cual llevo un par de minutos más, Adela se sentó y Victoria comenzó a repasar, fue entonces, cuando esta se fue al servicio, para volver con toda la cabeza llena de espuma y una cuchilla de afeitar en la mano.
– ¿En serio?
– Pues claro…Esto me gusta, quiero llegar el final.
– Pues adelante, yo voy a terminar con ella.
– Pues claro que sigo… joder y lástima que se termine, si no…
Irene comenzó con la cuchilla a afeitar si cabeza, Alberto se ofreció a ayudar, los cuatro estaban fuera de sí, entre el sonido de la maquina, la cuchilla y el olor de la espuma, era el ambiente perfecto, mientras Alberto ayudaba a Irene, este pregunto si Victoria sería la siguiente, las tres respondieron que no, Victoria se había teñido el pelo de azul hacia unos días, pero antes que ella dijera nada, Irene advirtió que hoy no se raparía, tampoco mañana, pasado… El objetivo ya lo habían cumplido, pero el final pese a ser inesperado, no era mal final, puesto que ese cambio era algo más que una rapada o afeitada.

Había dejado de llover, todos bajaron a la piscina para darse el ultimo baño, las chicas aun no habían sacado la ropa de Alberto, con lo cual este se tuvo que bañar con el bikini, pero no pasaba nada, todos estaba pensado en donde pasar un buen rato por la noche, dado que era un miércoles, pensaron que lo mejor era un restaurante de comida rápida y poder estar en la terraza tranquilos.
Por suerte, cuando llegaron apenas había gente, Alberto que todavía seguía con la falta y el top, no dejaba de mirar a todos lados, mientras que Adela e Irene, estaban en su salsa, Victoria igual, tras cenar tranquilos, cada uno volvió a su casa…
Aquellas 3 semanas pasaron rápido, llegaron al autobús, tras esos 25 kilómetros, llegaron a su destino, las caras de sus compañeros y los profesores, eran de asombro, pero aun queda todo el mes de agosto por delante el calor de verano….

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Author: mdj

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