Estaba paseando, cuando me encontré con un amigo de la infancia, Óscar, al que hacÃa tiempo que no veÃa. Después de un rato de charla agradable poniéndonos al dÃa, el chico me dice que estoy muy guapa y que que pelo más bonito llevaba. Cuando mi marido, celoso y dominante, aparece de repente, en el momento que Óscar me decÃa que pelo más bonito tenÃa. Terminamos de charlar y nos vamos a casa
Una vez en casa, mi marido me llama desde el baño y acudo para ver qué necesita. Entro, y veo encima del lavabo unas tijeras, una maquinilla y una navaja. En seguida supe lo que iba a pasar. Él me miró, me tocó el pelo de forma muy sensual y bajó su mano rozando mi cuello y mi pecho, me dijo que me desnudara.
Comencé a quitarme la ropa son saber qué querÃa realmente. Yo le preguntaba qué pasaba, pero el solo me ayudaba a quitarme la ropa. Hasta que me dijo: quiero cortarte el pelo un poco para que lo tengas más bonito.
Como yo me sentÃa tranquila con él y se que lo hace todo por mi bien, le hice caso. Me dijo que me sentara en la silla, y con mi cuerpo totalmente desnudo me senté.
Yo estaba nerviosa, aunque confiando en él. Comenzó a peinar mi pelo hacia detrás. Una vez toda mi melena hacia atrás, cogió las tijeras y empezó a cortarlo unos cinco dedos. Le dije que eso era mucho, que no lo tenÃa mal. Pero insistÃa y empecé a ver mechones caer.
El pelo me llegaba por debajo de los hombros, pero yo veÃa que el querÃa seguir. No soltaba las tijeras. Le dije que por favor, asà estaba bien. Entonces cogió el mechón delantero del lado derecho y lo cortó a la altura de la mitad de mi oreja. Pensé: no puede ser. Me volvà loca, pero a la vez me estaba gustando. Eran emociones contradictorias.
Me sentó de nuevo con sujetándome con sus dos brazos y siguió cortando me un bowl por las orejas. Lo tenÃa todo pensado, cogió la maquinilla y empezó a pasármela al cero por toda la nuca. Nunca lo habÃa llevado asà de corto. El me decÃa que asà era como lo tenÃa que llevar y yo no podÃa reaccionar. Yo le decÃa que esto no estaba bien, pero el seguÃa rapando la nuca hasta dejarla totalmente limpia.Â
Cuando me vi con el pelo tan corto no podÃa para de llorar y el simplemente miraba mi pelo sin importarle mi llanto. TodavÃa no dejaba que me marchara. Escucho que enciende la maquinilla de nuevo y se acerca a mi despacio, cada vez se acercaba más a mi frente y yo le pedÃa por favor que no lo hiciera, que qué pensarÃan en el trabajo y mi familia, cuando me mira a los ojos y me dice que voy a ser la chica más guapa que ha visto, acto seguido me pasa la maquinilla por el medio de la cabeza y no hay vuelta atrás. Sigue pasándola hasta dejarme toda la parte superior rapada y los lados con la altura del Bob. Se marcha con la maquinilla y vuelve sin ella. Pensaba dejarme asÃ? Con la coronilla rapada y el resto no? Asà es. Salgo del baño a un espejo en otra habitación a mirarme, no podÃa creerlo. Hubiera preferido que me hubiera rapado entera.
Después de un rato, entendà lo que querÃa. QuerÃa que le suplicara. Fui a él y le pedà que por favor me rapara entera. Me dijo que lo harÃa con una condición, que le dejara afeitarme toda la cabeza y las cejas. Yo no podÃa creerlo, pensaba que sus fantasÃas no llegarÃa a hacerlas reales. Si no dejaba que me afeitara todo, tendrÃa que salir de casa con la coronilla rapada y el resto largo, como un payaso.Â
La navaja ya la tenÃa preparada, ya sabÃa todo lo que iba a pasar. Sentir como me pasaba la maquinilla me hacÃa ver como querÃa que me sometiera a él sin pudor.
Fue dulce enjabonándome la cabeza y las cejas. Intentaba no hacerme daño, pero su decisión en cada pasada me hacÃa pensar todo el tiempo que llevaba planeando esto.Â
Al acabar, me dice que mi pelo solo lo puede disfrutar él, y que si otra persona se siente atraÃdo me volverá a pasar.