Tengo una sorpresa para ti (Fresita)

” Hoy tengo una sorpresa para ti, llevo planeándolo todo el día y sé que te gustará”.
Esas fueron exaxtamente sus palabras cuando descolgué el teléfono. Me quedé absorta en mis pensamientos ¿A qué se refería?. Cuando colgué, solo sé que me había citado en una dirección, a una hora determinada y que no debía fallarle.
Se acercaba la hora de mi cita y me encaminé hacia ese lugar. Estaba bastante apartado y cuando llegué me dio un poco de escalofrio. No se veía a nadie por allí, me fijé en un portal realmente antigüo y pude comprobar que era el lugar donde había sido citada.
Subí por unas escaleras muy estrechas y empinadas a un sexto piso, cuando llegué me faltaba el aliento.
Me percaté de que la puerta estaba entreabierta, pegué pero no me respondió nadie, entonces decidí pasar y me adentré en la casa.
Todo era realmente antigüo y el desorden presominaba en aquel lugar. Apenas estaba amueblada.
Llegué a lo que parecía el salón puesto que era una habitación muy grande. Me quedé mirando a mi alrededor, ni siquiera había cuadros en las paredes y solamente un sillón que parecía como sacado de una barbería antigüa estaba colocado justo en el centro de la habitación.
Entonces salió él, justo de una habitación que supongo era el baño, porque no llegué a entrar.
– Vaya! Veo que has dado con esto. ¿Te ha resultado muy dificil llegar?
– No, en realidad me has indicado muy bien. Aunque he de reconocer que está bastante apartado.
Se acercó a mí, empezó a besarme y al mismo tiempo, con sus manos, me despojó de la ropa hasta conseguir dejarme completamente desnuda, mientras seguía acariciándome. De repente, no sé como, me había vuelto para sí, me había cogido las manos y las había puesto en mis espaldas, sacó unas esposas y me esposó.
Continuó besándome hasta llevarme hacia el sillón que había en la habitación. Cuando me tuvo delante, me empujo hasta que caí al mismo. Una vez allí, separó mis piernas y las ató al sillón. Aquella situación me excitaba, me había dejado totalmente inmobilizada.
Desapareció nuevamente y cuando regresó traía consigo un par de gasas con esparadrapo.
– ¿Qué vas a hacer con eso?
– ¿No lo intuyes? Voy a tapar tus ojos y también tu boca.
Primero lo hizo con mi boca, me había dejado muda. Después, cuidadosamente tapó mis ojos. No veía absolutamente nada.
Supuse que estaba haciendo alguna especie de prueba para ver si efectivamente veía o no.
Se retiró dejándome allí, sentada en aquel incómodo sillón de barbería.
Me estaba empezando a poner nerviosa, tal vez no debería haber acudido a la cita, pero ya era tarde.
Fue entonces cuando mi mente tomó conciencia de la cituación. Allí estaba yo, atada de pies y manos, con los ojos vendados y sin poder emitir ni un solo alarido.
Las palabras que había oido aquella mañana al descolgar el teléfono comenzaron a bailar en mi mente ”tengo una sorpresa para ti” ¿A qué se estaba refiriendo realmente?
Entonces apareció de nuevo, se acercó a mí y me susurró algo al oido: ”Va a ser hoy”, justo en ese momento supe lo que iba a suceder.
Tiempo atrás habíamos comentado sin importancia alguna de nuestras fantasias sexuales y una de ellas pareció llamarle realmente la atención, dijo que algún día la haría realidad y que yo la sabría cuando utilizara aquellas palabras que acababan de sonar en mi oido.
No daba crédito, no iría en serio, se hecharía atrás en el último momento. Estaba segura de ello. No podía suceder. Deseé que aquello no estuviese ocurriendo, quería escapar de allí pero al mismo tiempo sentía un placer inexplicable ante lo que me deparaba el destino,
Me empecé a dar cuenta de que había caído en su trampa, pero realmente era demasiado tarde para hecharse atrás.
Alguién que no era él desató repentinamente mis talones de la silla. ¿Qué estaba ocurriendo? Había una tercera persona en la habitación, eso me dejó desconcertada, pero no podía hacer nada.
Alguien que no era él me obligó a poner las piernas sobre los brazos del sillón, me imaginé la situación como si estuviera en una silla de paritorio. Una sensación húmeda invadió mi sexo, lo estaba enjabonando totalmente, acto seguido empezó a afeitarlo, por el tacto supuse que lo hacía con una navaja barbera. Sentí como lo afeitaba todo cuidadosamente, primero los labios y después el monte de Venus. No dejó ni un solo pelo sobre él. Me percaté de que él estaría ahí, observando la situación.
Me estaba excitando cada vez más. Había olvidado lo que realmente iba a suceder, pero ahí estaba él para recordármelo.
– ¿Crees que la cosa acaba aquí? Susurró de repente en mi oido.
Fue cuando el tacto de un objeto punzante comenzó a recorrer mi cuerpo, estaba totalmente excitada, se detuvo a la altura de mis orejas y entonces empezó a abrir y cerrar concienzudamente.
Eran unas tijeras, sin darme ni siquiera tiempo a que pudiera acostumbrarme al sonido, recogió mi larga melena en una coleta y sentí el frio acero a la altura de mi cogote. Cortó sin compasión.
Empecé a moverme, sabía que odiaba aquello y me resistía a que continuara, sin embargo prosiguió su labor.
– Te recomiendo que te quedes muyquieta, dijo. Voy a cortarte el pelo a tijeras y cualquier movimiento inoportuno puede provocar un desastre total, así que no respondo.
Comencé a llorar, aunque las lágrimas no podian percibirse con la gasa que tenía en mis ojos. Él, sin embargo, comenzó a cortar mechón tras mechón. Notaba como el pelo caía sobre mis hombros, había estado tanto tiempo dejando crecer mi melena y ahora él me estaba despojando de ella.
Alguien que no era él entró en acción y empezó a cortar mi flequillo, noté como lo estaba dejando muy corto.
De repente, ambos pararon. Noté como me estaban observando, algo no iba bien, me di cuenta de ello pero ¿Qué podía hacer? Era solo una esclava sumisa a merced de ellos.
El sonido de un aparato eléctrico no tardó en hacerme volver a la realidad. Nuevamente él se acercó a mí.
– No te preocupes, el resultado no es el que esperábamos, nos hemos pasado un poco pero lo único que podemos hacer es intentar arreglarlo, te voy a rapar la cabeza.
Me quedé fría y lloraba sin cesar, noté la cuchilla que iba y venía, primero desde la frente a la coronilla, después el resto, en pocos minutos me dejó sin pelo.
Noté que a su acompañante no le pareció suficiente, había cogido la brocha de afeitar con la que minutos antes había enjabonado mi sexo y ahora repetía la operación con mi cabeza.
—No te voy a dejar ni un rastro de pelo en ella, créeme, susurró en mi oido.
Volvió a utilizar la navaja barbera, estaba totalmente paralizada.
La pasó una y otra vez hasta asegurarse que no quedaba ni una sola pelusa en ella. Entonces quitó los restos de jabón.
—Está perfecta.
Me puso una toalla caliente sobre ella y acto seguido me aplicó una loción.
— Vamos a hacer que mantengas este nuevo look un poco de tiempo, te voy a aplicar un retardador del crecimiento del pelo.
Cuando terminó, ambos quedaron totalmente complacidos.
Destaparon mis ojos que estaban rojos de tanto llorar, soltaron mis muñecas, mis pies y la venda de mi boca.
Me llevé las manos rápidamente a la cabeza, el tacto era suave, miré al suelo y contemplé todo mi abundante cabello sobre él.
– Quiero verme, dije.
–Pues va a ser imposible, no hay un espejo en toda la casa.
Tuve que asumir mi nueva situación.
– Te has portado muy bien y ahora vas a ser premiada por ello.
Juntos me llevaron hacial otra habitación que había justo al lado. En ella, una cama bastante grande aparecía como el único mobiliario.
Me tendieron en ella y me hicieron el amor, primero uno, después otro.
Estaba sin aliento. Me dieron la vuelta, a ambos mi culo les parecía muy apetitoso y mientras uno se dedicaba a untarlo con crema, el otro cogió un látigo y comenzó a azotarme una y otra vez, hasta que no pude más que gritar, quería que parara, pero no lo hizo. Quedé paralizada, noté como uno de ellos me penetró de un tirón, quería morirme, el dolor recorría todo mi cuerpo, me había partido en dos. Pero un placer intenso comenzó a inundarme, quería más, ellos se jabían dado cuenta y turnándose me daban placer como locos. Uno por delante, el otro por detrás. Estaba agradecida por tanto placer.
Cuando terminamos, estaba rendida, no podía moverme.
– No te preocupes, puedes quedarte aquí un rato más, nadie va a venir.
Lo agradecí.
Escuché como la puerta se cerraba de un portazo y como sus pasos sonaban por las escaleras. Me dí cuenta que estaba sola. Descansé un rato y como pude me levanté, salí de la habitación, mi ropa estaba tirada en el suelo,la recogí y me la puse. Contemplé nuevamente como mi cabello estaba tirado en el suelo, alrededor del sillón, decidí recogerlo. No quería que nadie disfrutara con la ide de que allí habían afeitado la cabeza de alguien sin piedad. No pude reprimir el llanto.
Salí de allí, con la duerte de no encontrarme a nadie por las escaleras, me apresuré hacia el coche y me metí en él. Entonces contemplé mi imagen en el espejo. ¿Era yo? Tuve unas ganas terribles de llorar de nuevo, cómo había sido tan idiota de caer en aquella trampa.
Me dí cuenta que todo había sido preparado a conciencia y que iba a estar un buen tiempo sin pelo.
Por otra parte, me sentía liberada porque por primera vez había llevado una de mis fantasias sexuales totalmente a cabo y si había sido capaz de llegar hasta ahí. ¿Hasta donde podría llegar? Y ensimismada en mis pensamientos arranqué el coche y me marché de allí.

mdj
Author: mdj

14 comentarios

    Muy buena historia, gracias por compartir

    wow que historia nena,y pregunta ahora que te viste rapada totalmnt q para mi leerlo me herizo la piel,te seguirias rapando?cual fue la reaccion de tus conocidos al vert?

      Siento decepcionarte pero la historia es ficticia, aunque no estaría mal sentir que esto te suceda verdad?
      Me alegro que te haya gustado Scarlett

        Debe ser una gran experiencia, muero por llevar a cabo mi fantasía!!! Me encantaría que me afeitaran la cabeza

          Creo que las fantasias deben llevarse siempre a cabo. Eso sì, estando siempre muy segura de ello.

    Una de las mejores historias que he tenido el placer de leer. ¿Loción para retrasar el crecimiento del cabello? ¿Hay algo más erótico que eso? Qué más puedo pedir!!!

      Me alegra que te haya gustado!

    Me encantaria que me sucediera algo asi

      Adriana, eso se puede hacer cuando quieras y te atrevas!

        si lo se y estoy segura de hacerlo un dia por que es mi mayor fantasia sexual, que mi pareja el mismo lo hiciera mientras tenemos sexo

    que rica historia fresita, gracias por compartirla

    Me ha encantado la historia Ojalá me suceda algo así también tengo esa fantasía sexual y querría aprovechar ahora que soy joven

    Genial historia. Lástima que no haya nuevas historias desde hace años

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