-Señora, dígame, qué desea…
-Pues quiero que le haga un trabajito especial a mi hijo…¿Tiene tiempo ahora?
-Si, claro, adelante…
Al lado de aquella severa mujer había un adolescente, callado, serio.
-Verá, acaba de traerme sus notas del colegio y no ha cumplido lo que prometió…-Dirigiéndose a él.-Siéntate ahora mismo.-El chico lo hizo rápidamente, se le veía un poco asustado…-Yo tengo que hacer unos recados urgentes. Tardaré media hora en llegar. Cuando venga, quiero que esté listo. Y quiero encontrármelo con la cabeza afeitada, entiende? Completamente al cero.
-Rapado total, entonces.
-Exacto…Utilice cuchilla y jabón si es necesario, pero que no le quede nada .NA-DA.¡¡-El chico se removió inquieto en el asiento mientras el encargado lo cubría con un enorme pañuelo que anudó a su cuello.-Así vas a aprender la lección…Vas a estar todo el verano como una bola de billar. Vete acostumbrando a lo que te va a pasar ahora porque vendrás cada semana…No se te ocurra quejarte, vendré en un rato. Y usted puede empezar cuando quiera…Adiós.
La mujer salió del establecimiento, y el chico se derrumbó cuando vio que el encargado ponía en marcha una enorme máquina de afeitar.
-No, por favor¡¡¡ No lo haga…
-Lo siento hijo, tu sabes que esto es inevitable…Lo haré rápido…¿Quieres que le de la vuelta al sillón? Así no te verás en el espejo.
-No…no es necesario…¿No podría dejármelo al tres, o al uno al menos…?-Dijo suplicando…
-Sabes que no…Será<al cero. A ver…Agacha la cabeza un poco…Allá vamos, no te muevas.- Y aplicó la maquinilla a su frente mientras el chico cerraba fuertemente los ojos. En ese instante entró otro cliente. Al ver la escena, y las lágrimas que corrían por la cara del chaval, no pudo evitar hacer un comentario
-Oiga…esto que le está haciendo a este joven es terrible…
-Ya lo sé, pero su madre lo ha ordenado…Es su castigo del verano…
-Pobre chico, lo estás dejando al rape.-Más lloraba él.
-Si, si por completo…Y lo que le queda…Ahora tengo que afeitarlo también…
-¡Ella dijo sólo si era necesario¡
-Ella especificó muy claramente que no debía quedarte nada. Y pásate la mano por la frente,-el lo hizo- aún puede notarse. La maquinilla no apura más, asi que, te guste o no, voy a enjabonarte….-Mientras lo hacía, el otro cliente, compadeciéndose:
-¡Qué humillante¡ ¿Qué es lo que has hecho para merecerte esto?
-He suspendido casi todas…Pero nunca pensé que me castigara de esta forma…Voy a ser el hazmerreír del barrio¡
-Bueno, la verdad es que después de el afeitado que te están haciendo, vas a pasar un tiempo hasta que vuelva a crecerte, pero pronto lo volverás a tener igual que cuando entraste…
-De eso nada…El castigo dura lo mismo que el verano…Tiene que venir a afeitarse todas las semanas…Ea, ya está…
El chico se miraba estupefacto en el espejo…Con el pañuelo aún puesto, todo su pelo esparcido entre sus hombros y el suelo, y su cabeza completamente lisa
-No…No me ha dejado nada…Mi madre se ha salido con la suya…Parezco auténticamente una bola de billar…
-Lo siento hijo, tenía que seguir las indicaciones de tu madre…Seguro que el año que viene no suspendes ni una…
-Seguro que no…
En ese momento llegó ella…Sonriendo maliciosamente , se situó detrás de el y exclamó:
-¡Vaya¡ Ha hecho usted un buen trabajo…Es justo lo que yo quería…Estás ridículo,,,Espero que esto te sirva de lección…
-No se preocupe, señora:Le servirá. Las ha pasado canutas…
-¿Puedo quitarme esto y levantarme?
-Aún no…Oiga, sé que existe un producto para hacer que las calvas brillen más…
-Si, señora: Lo piden algunos clientes…Es una cera…
-Pues adelante con ella…Enséñeme a ponérsela…Luego me llevaré un bote…
-Yo le enseño, señora, pero que conste que esto ya me parece excesivo, el chaval lo está pasando mal…
-Le prometí que si suspendía, su calva se vería en kilómetros a la distancia, así que restriegue bien porque no quiero que pase desapercibida para los chicos del barrio