No todo vale (por Evelyn)

Conocí a Irati hace mas de 14 años en el parvulario, la vida nos ha dado y nos ha quitado pero siempre hemos mantenido una relación estrecha.
Debido a fracasos, curiosidades, sueños y experiencias hace dos años empezamos una relación sentimental. Nos ha resultado muy fácil llevarla en secreto porque siempre hemos sido intimas, hasta que un día en una cena familiar escupió un “zorrita”, cariñoso pero austero. En casa, como era de esperar empezaron a extrañarse.

Ira es castaña clara, nariz chiquitita, ojos verdes y tez morena. Siempre con sus greñas a ras de ombligo, a veces con ondas y otras muchas abusando de la plancha. Ella es salvaje, como su pelo…

Digamos que todo pasa factura, todo tiene un coste, las cosas valen. Así que decidí que para solapar ese daño que generó en mi casa, yo tenía que cobrarme el suyo propio. Cogí una cita en la peluquería más independiente del barrio y después la expliqué la situación, — es simple, tu me has quitado, así que voy a hacerte lo mismo, mañana a las 19:00 tenemos una cita en la peluquería.” Enfurruñada, abatida y preocupada me puso pegas, pero acepto de mala gana.

Allí estábamos, al día siguiente, las dos de los nervios, yo disfrutando de los suyos y ella pidiéndome una tregua. Llegamos salude a la peluquera y enseguida nos pregunto que para quien era la cita. Irati levantó el dedo con aplomo y enseguida se quitó la chaqueta. La peluquera después de lavarla la cabeza, coloco a mi novia en el sillón principal de la sala, la coloco una capa negra, bastante gruesa con caída y cerró con el Velcro (para mi gusto demasiado floja, pero no tenía sentido intervenir.) coloco la pesa y empezó a desenredar con ansia. Un momento después la peluquera había terminado, desde atrás podía apreciar cómo caían las gotitas en el final de su pelo, un torrente castaño demasiado largo para mi gusto.

—-entonces que hacemos? Una media melena a media espalda para arreglar puntas? Podríamos quitar tres palmos más o menos.

Irati aceptó a la primera mientras me ponía cara de niña buena a través del espejo, de lo malo pensó, lo menos malo, nos conocemos bien.

-No, corte. Bueno lo suavicé después porque a la peluquera la importaba poco nuestra intimidad. —en verdad yo he animado a mi amiga a que se anime con la tijera. Quizás con un Bob por debajo de las orejas se sintiese diferente, eso mismo me paso a mi, que me canse de ir siempre con la misma largura, y acabe metiendo maquinilla en la nuca, conteste. (Yo tb he tenido más de 10 años el pelo largo, ahora no paso del cuello), es una droga.

La peluquera me miro animada, mientras conseguí que Ira se sometiese totalmente, miró hacia el suelo y guardo silencio, estaba incómoda y avergonzada. Así que cogió aire, giró sobre sí misma en la silla y me devolvió a cambio una sonrisa.

—-venga, me voy a animar, al final el pelo crece, Eve tiene razón, llevo toda la vida con el mismo pelo. (En el fondo ella sabía que no era una opción, con o sin razón no tenía más opciones)

Continuará…..

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Author: mdj

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