VolvĆa a casa del trabajo como cualquier otro viernes, feliz de que acabase la semana, pero con una diferencia: hoy era mi cumpleaƱos. Cuando lleguĆ© a casa, fui a cambiarme y a esperar a mi novia, pero entonces me pareció oĆr su voz.
āHola, cariƱo. Hoy he salido antes por tiā.
Salió a recibirme en bata y tacones y me besó apasionadamente. āMuchĆsimas felicidades, mi amorā, dijo mientras no paraba de besarme. āTengo un regalito muy especial para tiā.
Me cogió de la mano y me llevó a nuestra habitación. AllĆ, frente al espejo grande, habĆa preparada una silla,
unas tijeras y una maquinilla nueva, cargando. Entonces, se despojó de la bata: llevaba puesto un conjunto de lencerĆa negra realmente sexy. Yo estaba anonadado.
āĀæRecuerdas aquello de lo que me hablaste aquel dĆa? ĀæLo de los rapados?ā. Hace poco, me pilló viendo un vĆdeo donde rapaban a una chica y le tuve que explicar mi fetichismo, algo que le costó entender pero aceptó. ĀæAcaso iba por ahĆ la cosa? āPues he estado pensando en un cambio de look, ya llevo mucho tiempo con el mismo pelo y⦠habĆa pensado en que lo hicieras tĆŗā.
No cabĆa en mĆ de gozo. āĀæEn serio me dejarĆ”s cortarte el pelo? Joder cariƱo, muchĆsimas gracias. Vaya regalazo. ĀæY cómo quieres que lo haga?ā
āComo tĆŗ quierasā. No podĆa creerlo. Mi novia, que desde que empezamos a salir habĆa portado una larga melena rubia casi hasta la cintura, me iba a dejar cortarle el pelo. Ā”Y ademĆ”s me daba carta blanca! Se sentó en la silla y fui a por un mantel, el cual le puse a modo de capa. Ya tenĆa en mente quĆ© le iba a hacerā¦
āVoy a hacerte el corte en varias etapas. Te gustarĆ”, aunque te lo dejarĆ© bastante cortoā, le avisĆ© mientras le cepillaba el pelo. āĀæPreparada, cariƱo?ā āListaā.
Tras hacerle una coleta, cogĆ las tijeras y empecĆ© a cortar por debajo de las orejas. Primero, un bob. IntentĆ© cortar lo mĆ”s recto que pude, dadas mis cortas nociones de peluquerĆa. A cada tijeretazo, mi novia parecĆa nerviosa. āSigue, sigue, estoy bien. Sólo es el shock de cortĆ”rmelo, son muchos aƱosā¦ā, dijo con voz tranquilizadora. SeguĆ cortando, ya mĆ”s aliviado. Cuando estaba hecho el bob, le cortĆ© el flequillo. IntentĆ© hacĆ©rselo parecido al de Amelie, mirando una foto en el móvil. Empezaba a excitarme.
Cuando acabĆ©, parecĆa Amelie, pero en rubia y con un corte mĆ”s irregular. Aunque ya me encargarĆa de esoā¦
āEstĆ”s preciosa asĆ. Pero no es el Ćŗltimo corteā.
āVaya, a mĆ me gusta. Me da aspecto de niƱa buenaā.
āBueno, te lo podrĆ”s hacer cuando te crezca. Este va bastante mĆ”s cortoā. CogĆ la mĆ”quina, la puse al 0 y la empecĆ© a pasar por su nuca.
āLo sabĆa⦠SabĆa que ibas a raparmeā¦ā
ContinuĆ© rapando la parte de abajo al cero, ayudĆ”ndome con el peine para dejar intacta la parte de arriba. Cuando acabĆ©, le puse la guĆa del 2 a la mĆ”quina y empecĆ© a pasarla por su frente. Cuando acabĆ© de darle los Ćŗltimos toques, mi novia llevaba un corte militar en toda regla: la parte de abajo apenas tenĆa pelo, y la de arriba eran pelos rubios de apenas 2 o 3 centĆmetros. El suelo del cuarto y sus rodillas estaban llenos de mechones rubios. Yo estaba totalmente cachondo.
āHostia tĆŗ, parece que me voy a la guerraā. Se tocó la cabeza y sonrió. āOye, pues mola bastante tocarse el rapado. Es una sensación totalmente nuevaā. Le toquĆ© yo tambiĆ©n la cabeza y me excitĆ© aĆŗn mĆ”s.
āBueno, ahĆ va el Ćŗltimo corte. ĀæLista?ā
āSĆ, mi sargentoā. Hizo un saludo militar y todo.
Puse la mÔquina al 0 y la pasé por su frente. Iba lentamente, disfrutando, y pasando por toda su cabeza de forma concienzuda hasta que ya no pude rapar mÔs. Cuando acabé, mi novia estaba prÔcticamente calva. Cogà una toalla pequeña, la mojé en agua caliente y la dejé sobre su cabeza.
āVoy a por una cosa. No te muevasā. VolvĆ al cuarto con una cuchilla y espuma de afeitar.
āAdelante. DĆ©jame calvaā
Le embadurnĆ© la cabeza de espuma y empecĆ© a afeitar. Pasaba la cuchilla de forma firme, procurando apurar al mĆ”ximo. Disfrutaba del momento. VolvĆ a enjabonarla para afeitarla otra vez. Ella sólo movĆa la cabeza para facilitarme la tarea. Cuando acabĆ©, estaba totalmente calva. Se miraba en el espejo y no daba crĆ©dito.
āHostia tĆŗ, te has pasado. Que me has dejado calvaā.
āĀæCómo te ves? Yo desde luego te veo preciosaā.
āĀæDe verdad? Pues yo me veo algo rara, pero me gusta esto. No me veo malā.
Le eché aftershave en la cabeza y empecé a masajeÔrsela. Tras el masaje, su calva estaba aún mÔs blanca y brillante, ademÔs de realmente suave. Y yo estaba a mil.
āMuchĆsimas gracias por esto, cariƱo. Es el mejor regalo que me podrĆas hacerā.
āNo es nada. Oye, me gusta mucho sentir la cabeza tan suave⦠Y ademĆ”s, ya no voy a tener que peinarmeā.
āUna pregunta: Āæcómo crees que reaccionarĆ”n los de tu curro?ā
āTranquilo, me comprĆ© una peluca. Aunque estoy dudando de si usarla o no. Me apetece saber quĆ© dirĆ”n cuando me vean pelonaā¦ā
Me acerquĆ© hacia ella y empezamos a besarnos apasionadamente. La llevĆ© a la cama, y allĆ le demostrĆ© de verdad mi agradecimientoā¦
