Ana y Silvia, eran amigas desde la infancia, pero con el paso de los años, Ana se había convertido en una chica muy pija. Todo tenia que ser de marca y saber adaptarse a la situación era para ella lo mas importante. Cuidaba hasta el mas mínimo detalle, su peinado tenia que saber adaptarlo.
Silvia por el contrario, no era pija, pero en muchas ocasiones Ana la tenia envidia.
Un día viendo una revista de moda, salían varias chicas con la cabeza rapada y esto origino una conversación entre ambas que poco a poco estaba llegando al punto clave:
Lo que te digo Silvia, aunque este rapada, el look que lleva la queda bien.
A mi eso no me gusta, luego que haces ¿te pones una peluca, que no te pega nada y aguantas? ¿O cuando te crezca te la quitas y dices que te has rapado?
No todo el mundo vale para hacer eso, mi flequillo es sagrado.
¿Llegarías a dejártelo como un chico, pero con tu flequillo?
Pues si, además rubita que soy, mucho mas guapa, y si piensas que lloraría vas lista.
No te digo que llores, simplemente te digo que te ha de pegar, lo mismo te lo cortas o te rapas y no te queda bien, por muy bonita que tengas la cara.
¿Tú te lo harías?
Ana, no, así de claro, me gusta como tengo el pelo y ya esta, si no te gusta no mires, así de claro te lo dejo, no todo es moda, también están los modales.
Eso son tonterías.
Tonterías no, así que si estas dispuesta… aquí estoy. (más…)