Sensaciones (Raúl Gutiérrez)

Hola me llamo Julia, tengo 33 años, y quisiera contaros una experiencia que viví hace un añito.

Comencé a trabajar en la línea de montaje de una empresa mediana, unos 50 trabajadores mas o menos, pero eso si, todos hombres.

He de reconocer que la acogida que recibí fue muy buena, todas las buenas caras eran para mi sin excepción, y no es que yo sea una mujer de bandera mido 1,60 cm. de alto, uso gafas, aunque tengo lentillas pero es terriblemente canso trabajar con ellas, tengo el pelo castaño, ligeramente capeado, llegándome asta un poquito mas abajo de los hombros, pero de todos me llamo la atención uno de ellos.
No era el mas joven, tampoco el mas guapo, pero siempre sabia distinguir en mi cara el sueño del cansancio, el agobio, la preocupación y aunque le contestase lo mismo que al resto, siempre tenia esa cara de –cuéntame lo que quieras, pero se que no es verdad-, resultado, al final acabe por contestar con sinceridad, creando así una relación muy sincera, cosa muy rara en esta empresa en la trabajaba.
Nunca jamás me atrajo para mantener una relación, pero era tremendamente respetuoso y discreto, jamás me pregunto por el motivo por el que pudiese estar enfadada, o agobiada, y eso me daba la tranquilidad de sentir que no quería cotillear de mi ni de mi vida. A si poco a poco llegue incluso a pedirle consejos de que podía hacer para desagobiarme.
Como ya he dicho antes jamás pregunto el motivo de mis agobios o enfados, y las sugerencias no solían ser malas.
Pasear por el monte, una sesión de talasoterapia, masaje relájenle, ir de compras, siempre tenia alguna buen sugerencia.
Un buen día tras una muy mala semana, me sugirió una sesión de sensaciones, como lo llamo el, tras una breve explicación, me pase unos días buscando un lugar donde podría encontrar algo así, y como no lo encontraba le pedí a el que me lo hiciera.
Como el me había explicado consistía en elegir una parte del cuerpo, y jugar en ella con distintos utensilios, sintiendo así la diferencia de texturas, temperaturas etc. etc.
Quedamos una tarde hacia las cuatro y media en mi casa, y puntual como un reloj el llamo a mí puerta. Traía una mochila a su espalda y muy amablemente me pidió que lo llevase a la cocina.
Llegamos a la cocina y allí se quito la mochila cogío una silla y me invito a sentarme en ella recordándome lo que aquella mañana habíamos pactado: La zona del cuerpo la elegía el, y seguidamente dijo.
_E elegido la cabeza, si te parece bien.
_Me parece perfecto – respondí- empieza cuando quieras.
El me indico que me pusiera de pie, cogío la silla en la que estaba sentada, y la coloco justo en la mitad de la cocina, y acogiéndome de la mano me sentó en ella. Abrió la mochila y de su interior saco un par de parches para los ojos y me los coloco uno en cada ojo.
_Así te despistaras menos y tendrás más atentos tus sentidos- dijo.
Durante un tiempo no sentí nada sobre mi cuerpo, oí el grifo de la cocina abrirse y el ruido del agua al llenar un frasco, el sonido de un cierre de belcro cuando se habré, una cremallera, y el ruido de objetos, pequeños al posarlos sobre la mesa.
Pasada un ratito note sus dedos posarse sobre mi cabeza y comenzó a masajearme desde las sienes, a al frente, luego a la parte de arriba de mi cabeza, bajando poco a poco asta mi cuello.
Acabado el masaje comenzó a peinar mi pelo lentamente dando pasadas desde arriba hacia abajo, así unos cinco minutos, y posteriormente comenzó a pulverizar agua sobre mi pelo.
Una vez mojada mi cabellera paso el peina varias veces sobre todo mi pelo, y comenzó ha hacer particiones en el. Cogío dos partes en la parte alta de mi cabeza, comenzando desde la frente asta la parte mas alta de la misma, una al lado derecho y otra al lado izquierdo, particiones que sujetó con un par de pinzas.
El resto del pelo lo dejo caer hacia la parte de atrás, y tras varias pasadas de peine, marco una raya horizontal que iba desde la parte mas alta de mi oreja derecha asta la izquierda, y luego una partición mas, desde el lóbulo derecho asta el izquierdo.
Escuche el ruido de varios enchufes al ser empalmados a la corriente y cuando estaba a apunto de preguntarle que iba a hacer el pregunto.
_ ¿quieres que siga?
La pregunta fue como siempre era el, sincera, sin tonitos raros de ningún tipo.
_Tu asta el final con lo que estas haciendo_ respondí, de no haber preguntado nada, hubiera parado aquello, pero su pregunta me confirmó que lo mejor estaba por llegar, y como siempre sin pedirme un solo porque prosiguió.
Comenzó a masajear la parte baja de mi nuca, y con la punta de los dedos rozándome ligeramente la piel con las uñas, y he de reconocer que el cosquilleo que notaba era algo muy relajante. Luego cogío el peine lo paso varias veces por mi pelo, y conectando un secador comenzó a secarlo mientras lo alisaba, como lo hacen en las peluquerías.
Secada la parte de abajo, soltó la pinza que sujetaba el pelo de la franja que iba de oreja a oreja, y repitió la misma operación de masaje y secado, y así asta acabar en el flequillo.
Eh de reconocer que aunque no era la primera vez que me masajeaban, y me secaban el pelo la sensación era muy gratificante, ya sea por el contraste entre las zonas mojadas y secas, o por tener los ojos tapados.
Una vez secada mi cabeza comenzó nuevamente ha realizar las particiones en mi pelo.
Separo primero toda la parte alta de mi cabeza en un coleta donde solo cogío los pelos de la parte de arriba, los que les dejan mas largos a los chicos en el ejercito, y así coloco un par de pinzas en cada uno de mis laterales, luego marco un triangulo hacia mi frente desde la mitad de la zona alta de mi cabeza y también lo sujeto con una pinza, el flequillo valla, el resto de la parte alta, la coleta lo separo en dos mitades izquierda y derecha. Toda la parte de atrás la volvió a separar en tres cachos, desde la coronilla hasta la parte más alta de las orejas, el cacho que coge la altura de mis orejas y el resto.
Comenzó a peinar la parte mas baja asta que cogiendo mi cabeza entre sus dedos me la inclino un poco hacia delante y comencé a notar que estiba de un mechón, enseguida me di cuenta que lo que hacia, era pasarme las planchas, cosa que fue haciendo, cacho a cacho asta llegar a la partición de la parte de arriba de mis orejas, allí se detuvo y después de peinar varias veces mi pelo, lo separo en dos mitades mediante una raya vertical, mitades que me hizo sujetar con mis manos a la altura de mis hombros. Volvió a inclinar levemente mi cabeza y con mucha suavidad note como apoyaba en mi cuello una cosa de plástico, que en un primer momento no supe deducir que era, pero descubrí inmediatamente, después de que el lo pusiera en marcha, ya que aquella vibración, y el zumbido no dejaban dudas, de que era una maquinilla de cortar el pelo. No me atreví a moverme ni dije nada ya que de momento estaba solo apoyada en mi cuello, bastante lejos del pelo incluso, pero muy lentamente fue desplazándola hacia la parte de arriba de mi cabeza, y fue inconfundible el cambio del zumbido cuando comenzó a cortar el pelo de mi nuca, aquello no era broma notaba como fue subiendo asta la línea marcada anteriormente a la altura de mis orejas, y sentía como el pelo perdía tensión en mis manos mientras era cortado. Había comenzado por la mitad, mitad de mi nuca, así que en la primera pasada había recortado parte de las dos mitades que mis manos sujetaban, luego prosiguió hacia mi lado derecho dejando al final entre mis dedos todo el pelo de aquel lado y prosiguió con el otro lado, lentamente y sin mediar palabra.
Ni se me había pasado por la imaginación que pudiese cortarme el pelo, pero la sensación mientras el seguía repasando la zona me encanto.
Apago la maquina, y volvió a empujar mi cabeza hacia delante diciendo.
_Ahora vas a alucinar bonita, dijo mientras pegaba una pegatina en mi nuca recién rapada y volviendo a conectar la maquina comenzó a pasarla.
_ ¿Que haces?, pregunte.
_Te estoy haciendo un dibujo. Dijo mientras seguía pasando la maquina por algunas zonas de mi nuca. Yo me quede callada mientras oía perfectamente el ruido de la maquina al cortar mi pelo. Apago la maquina bastante rápido, tiro de la pegatina, y mientras seguía sujetando mi cabeza inclina note como con un dedo estiraba mi piel, y tras notar que apoyaba algo frió y fino sobre mi piel comencé a un CRI, CRI, CRI.
_Ten quieta la cabeza, te estoy repasando el dibujo con la navaja, me dijo antes de que yo dijese palabra alguna.
Me quede quieta “disfrutando” de aquella nueva sensación ya que la verdad jamás me habían pasado la navaja por ninguna parte de la cabeza. Al poquito acabo, poso uno de sus dedos sobre la piel recién afeitada y lo subió muy lentamente, provocándome un agradable cosquilleo, un segundo después note un falsazo y dijo.
Te he sacado una foto para que veas el dibujo, y con mucha suavidad retiro los dos parches de mis ojos.
Me enseño la foto y no podía creerme lo que veía delante de mi, tenia la nuca rapada, no mucho, bueno para mi si, que jamás me había rapado, pero bueno, no se veía la piel, excepto en el dibujo que lo había afeitado, pero eso si, el capullo me había dibujado el logotipo de la empresa, en la mitad de mi nuca.
-Te queda bien dijo.
_Eres un capullo, sabes que siempre me hago coleta para trabajar, se me vera siempre.
_Tiene arreglo, dijo fíate de mí.
Dicho lo cual soltó la s pinzas que sujetaban el pelo de la parte de arriba de mi cabeza, y comenzó a pulverizarlos, una vez mojados, los peino cuidadosamente, y comenzó a cortarlos en línea recta ala altura de mi mentón, de izquierda a derecha. Luego tomo el secador y los seco ayudado de un cepillo asta dejarlos totalmente lisos tarea que no le llevo mas de cinco minutos, tras la cual se volvió a colocar tras de mi, después de sacar un par de fotos me acerco la cámara diciendo.
_Listo, ya no tienes posibilidad de cogerte coleta, y no se te ve el dibujo. Lo único se nota un poco que tienes rapada la parte de abajo cuando mueves la cabeza.
La verdad tenia razón, no se veía nada del dibujo.
Bueno vamos con el flequillo dijo, soltando la pinza que sujetaba el triangulo que anteriormente había realizado, los peino hacia delante y agachándose hacia la mesa susurro en mi oído.
_Ese va ir cortito muy cortito, rapado vaya. Y conectando la maquina la empezó a pasar desde la frente hacia la parte alta de mi cabeza.
Esto me pillo de improviso pero mejor estarse quieta, no vaya ha hacerme un desaguisado pensé yo, mientras el iba rapándome toda la forma del triangulo.
_Listo dijo, puedes ir a verte.
Me levante de la silla y me dirigí al baño, allí ante el espejo pude verme entera, tenia un flequillo rapado, o corto valla, lo había rapado con el peine mas largo que tenia, dejándome un gracioso flequillo respecto al rectísimo bob, a la altura del mentón que me había recortado. El resultado era fantástico me gustaba mucho, volví a pasar la mano por mi nuca rapada que realmente no se veía aunque si se percibía, y toque con la punta de mis dedos una de las franjas del dibujo que tenia afeitado. Volví a sentir aquel cosquilleo.
De vuelta a la cocina lo encontré recogiendo los bártulos, y entrando en ella le dije.
_Me a encantado la sesión, y mas el resultado, a si que de recoger nada, quiero sentir mas.
Me senté en la silla, me coloque la capa y cerrando mis ojos me quede quieta esperando.
Esperaba oír le ruido de las cosas al volver a colocarlas sobre la mesa pero nada, oí el ruido de estar rebuscando algo dentro de su bolsa y nada mas.
Tras un largísimo minuto, comenzó a peinar mi pelo suavemente, y tras un par de pasadas sujeto el pelo que cubría mi rapada nuca con un par de pinzas, pulverizo la misma con un poco de agua y comenzó a masajear mi nuca. Era increíble, me relaje y comenzó a ponérseme la carne de gallina en el cuello, sobre todo cada vez sus dedos rozaban las partes afeitadas del dibujito. Era un hecho que se había dado cuenta de lo mucho que me gustaba el que acariciase los pocos cachitos afeitados que tenia, ya que estuvo un buen rato centrando el masaje en ellos, pero como todo lo bueno, esto también ceso, note que se agacho a coger algo de la bolsa se coloco tras de mi, volviendo a peinar mi nuca.
_Ya se que lo que va a seguir no te molara tanto pero!!
Dicho esto, prosiguió el masaje por la zona de mis sienes. Tras unos minutos pregunto si prefería el masaje sobre la nuca, y yo conteste que si lo prefería, a lo que el con un suspiro de resignación añadió- pues abra que acabar por allí.
Yo agache un poco mi cabeza, el peino nuevamente mi nuca un par de veces, y cuando tenia que empezar a masajeármela, sentí el frió acero apoyarse un mi piel, justo en la mitad de mi cabeza sobre la línea que se dirigía de oreja a oreja, y tras tensar un poquito mi piel con su pulgar, comencé a escuchar el inconfundible, CRI, CRI, CRI de la navaja al deslizarse suavemente asta la base de cuello. No dije nada, me quede callada degustando aquello, que aunque no se lo había pedido, los sabíamos que lo besaba.
En un completo silencio prosiguió despejando mi nuca de cualquier resto de pelo dirigiéndose primero hacia el lado izquierdo de mi cabeza, y deteniéndose justo detrás de mi oreja, pasando luego a repetir la operación en mi lado derecho.
Abrí mis ojos, y lo vi sacando de la bolsa un bote de plástico parecido al de un desodorante tipo rolón, y una brocha de barbero. Iba a preguntarle que se disponía ha hacer, y colocando su dedo índice delante de sus labios dijo.
-Shiiii, el trabajo hay que acabarlo como dios manda.
Se acerco al grifo del agua y mojo en el una barra blanca que había en el recipiente de plástico, mojo a su vez la brocha, y colocándose tras de mi comenzó a esparcir una especie de crema o espuma, sobre mi nuca. No dejo ni un solo milímetro de la piel de mi nuca sin cubrir con aquella espuma, ya que repaso y repaso varias veces toda la zona, de oreja a oreja y desde arriba asta abajo.
_Ahora viene lo mejor. Dijo, y cogiendo una maquinilla de las de afeitarse la barba de su bolsa comenzó a pasarla por mi nuca, comenzando esta vez desde la parte de abajo hacia arriba.
Esto fue lo mejor, el cosquilleo era algo inexplicable, y cuando pude tocarme la nuca aquella suave piel…
Le invite a quedarse a dormir en casa, pero el muy amablemente rechazo mi invitación, a si que nos vimos el día siguiente en el trabajo, el no dijo nada de lo del día anterior, y como tampoco hacia falta que me cogiese la coleta para trabajar, paso bastante desapercibida mi nuca.
Unos meses más tarde el dejo la empresa para irse a otra, y estoy pensando que necesito otra sesión de esas.

mdj
Author: mdj

8 comentarios

    me encanto este recuento Juliayo podria hacerte la otra sesion, pues siento sensaciones muy agradables me gustria ponerme en contacto con tigo

    pues si necesitas otra sesion yo te la puedo dar aun mejor , y si yo si me kedaria

    Falta que fuera sido un rapado completo!!!

    Me encantaria hacerle la otra sesion, y si yo si que me quedaria a dormir le diria si quiere la otra sesion para la noche.

    Buena historia a mi parecer.

    Se agradece raul, te a quedado realmente bien.

    hola yo estoy encantado y me gustaria hacerte otra seccion solo que yo si me quedaria!

    hola julia me gusto mucho tu relato yo si haria una segunda sesion pero mejorada para mi seria una experiencia unica rapar o cortarte tu pelo me gustaria ponerme en contacto contigo llamame

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