En Seco (Glock)

Nunca he llegado a entender porque mis pasos me llevaron hasta la puerta aquella antigua peluquería. Cosas del subconsciente, supongo. Me quedé parada en la puerta, indecisa. A través del cristal, podía ver a una mujer de espaldas, barriendo. Debía rozar la treintena, y cuando se giró pude ver su rostro de facciones angulosas y su pelo cortado a cepillo teñido de color rubio, un color que hacia juego con los dos aros dorados que colgaban de sus orejas. Algo me impulsó a entrar, y al oír el ruido de la puerta, ella empezó a decir que ya estaban cerrado, pero al girarse y verme, no acabó la frase, simplemente me espetó un: “si quieres esperar, siéntate ahí”.
Yo era la típica chica, de la típica familia de clase media-alta, con el típico pelo, y la típica ropa. Aparte de por mis rasgos faciales, si destacaba por algo era por mi melena. Había llevado siempre una melena de color muy oscuro, casi negro, muy voluptuosa, que me llegaba por detrás de la espalda, y que rara vez cortaba, excepto las puntas. En realidad no estaba segura siquiera ni de si iba a cortarme el pelo en esa ocasión.
“Siéntate aquí, ahora vengo”. Esa frase me sacó de mi abstracción, ya que llevaba un buen rato sentada, casi hipnotizada, viendo como esa mujer barría el pelo del suelo, y con paso vacilante, me dirigí hacia el sillón de peluquería que me había señalado. Volvió, y sin decir nada me puso una cinta de papel alrededor del cuello, demasiado apretada para mi gusto, y una capa blanca de peluquería. Cogió mi pelo y empezó a peinarlo, poco a poco, dejándolo caer en toda su extensión sobre la capa blanca.
“Bueno, ¿entonces qué?” Me preguntó, casi como si hubiese hecho algo malo. En ese momento me arrepentí de haber entrado. ¿Qué coño estaba haciendo ahí? Estaba perdiendo mi tiempo y el suyo. Aunque la verdad es que tampoco tenía nada mejor que hacer. “Si te digo la verdad, no sé ni para que he entrado” – dije, al mismo tiempo que comenzaba a levantarme, pero ella puso la mano sobre mi hombro de forma firme y de forma brusca volvió a sentarme. Aquello estaba empezando a hacer que me sintiese un poco violenta. “La verdad es que yo…”. Empecé a tartamudear, intimidada por su actitud. “No sé lo que quiero”. Ella, todavía con la mano sobre mi hombro, me miro a los ojos por el espejo. Desvió la mirada hacia mi melena, y creí ver una fugaz mueca despectiva en su cara. Se limito a casi mascullar entre en dientes un “ya”. Se dirigió a la puerta, echó el pestillo y corrió las cortinas.
Sin decir nada, se fue a la trastienda y volvió con un vaporizador de agua en la mano, metiéndose algo en el bolsillo que no alcancé a ver. Comenzó a echarme algo de agua por el pelo, y a peinarlo, una y otra vez, con aspecto pensativo. De repente, pude ver por la expresión de su cara que tenía alguna idea, y paró. Sacó una chuchilla de barbero, del bolsillo de su bata. “Vaya, ahora me va a desfilar el pelo” pensé, algo asustada por cómo podría quedar. “¿Pero vas a cortarme el pelo en seco, sin haberlo lavado antes?”.
“¿Cortar en seco? – respondió- “Lo que voy a hacer es afeitarte en seco”.
En ese momento me quedé pegada a la silla, completamente paralizada.

Sin decir nada, cogió mi cabeza y la inclinó hacia un lado, acercando la cuchilla a mi frente, y con un suave movimiento de muñeca empezó a afeitar mi melena de raíz. Podía oír el ruido, el crr crr que hacía la cuchilla al rozar mi piel, y cuando me di cuenta, tenía una gran franja calva, donde se podía ver mi piel blanca en la cabeza, donde antes había pelo. La mujer proseguía, en silencio y con aparente indiferencia, afeitando mi cabeza. Digo aparente porque veía sus pezones totalmente duros marcados en su bata de peluquería. ¿A eso había ido antes? ¿A quitarse la ropa?
Llevaba ya un rato sumida en ese estado de trance, viendo desaparecer mi cabellera, cuando la mujer, mientras me afeitaba detrás de la oreja, la cogió con su mano para afeitarme de forma más cómoda, lo que me hizo volver en mi misma, y darme cuenta de que ya tenía casi la mitad de la cabeza totalmente afeitada. De pendientes siempre llevaba dos perlas, algo no muy llamativo, y que combinaba con todo, que no me había quitado. Con un hilo de voz le dije: ”Si molestan me los quito”.
Ella se limitó a levantar la mirada con una sonrisa irónica, para acto seguido bajarla y seguir su tarea. Cuando la cuchilla llegó hasta la nuca, sentí una de las sensaciones mas placenteras que he experimentado jamás. Sufrí un escalofrío involuntario, y aquella mujer pareció darse cuenta, ya que dijo, sin parar de afeitar, soltó una risa entre dientes.
Cuando ya tenía la mitad de mi cabeza afeitada, la mujer se metió en la trastienda y me dejó contemplando mi cabeza, ahora medio calva, frente al espejo. Por unos instantes volví a la realidad, y al verme en el espejo, con ese aspecto tan ridículo, las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. Mi larga melena negra, que caía de un lado de la cabeza por encima de la capa contrastaba de forma espectacular con la otra mitad de mi cráneo afeitado. Tenía un aspecto horrible. Lo único que quería era levantarme y acabar con aquello, pero había algo que me impedía hacerlo, que me instaba a seguir hasta el final. Por el reflejo en el espejo pude ver que en realidad la peluquera no estaba haciendo nada, podía verla detrás de las cortinas de la trastienda, observándome mientras se fumaba un cigarrillo, lentamente. Ella tan solo quería prolongar mi humillación.
De pronto, con el cigarro todavía en la boca se dirigió de nuevo al sillón, y tras dar una gran calada me tiro el humo a la cara, acercando su boca a mi oído: “¿No es esto lo que buscabas, perra?”. Aquello fue demasiado para mí. Empecé a llorar a lágrima viva, humillada mientras la mujer empujaba mi cabeza hacia adelante para seguir afeitando sin parar.
Dejé de sentir la cuchilla sobre mi cráneo. Levanté la mirada. Mi cráneo, totalmente liso y blanco, me parecía gigantesco. Entonces, de una estantería llena de productos para el cabello, cogió un bote de crema hidratante y tras abrirlo, comenzó a untarme con la palma de su mano la cabeza con esa crema viscosa, por todo el cráneo, por la nuca y detrás de las orejas, de forma insistente. Me masajeó con esa crema, una y otra vez, y sentir su mano, sus dedos, tocando la piel de mi cráneo, y ella parecía disfrutarlo.
De repente, me di cuenta de que en realidad ni siquiera llevaba la cartera encima. “Yo… he olvidado la cartera en casa, no puedo pagarte”. Ella siguió callada unos instantes. “Levanta” – me dijo, tajante.
Se metió en la trastienda, y salió con una peluca en la mano. Me la puso y empezó a peinarla. Era un bob muy cortito, que dejaba mi nuca pelada al descubierto, pero por lo menos no dejaba mi cabeza al descubierto. De todas formas sabía que en mi casa me iban a matar. “Ya está, vete”. Cuando me levantaba, me arrancó la peluca de la cabeza. Mientras se reía dijo: “No, mejor no, sal así a la calle, completamente pelada. Explícale a tus padres lo que has hecho hoy”. “¿Qué?” – le respondí, volviendo en mí de repente. “¿Qué coño esperabas?- me dijo, riéndose. “Lárgate”. Me empujó a la calle de bruscamente.
Mientras miraba la puerta de forma suplicante, y me abrigaba como podía del frío de la noche, ahora casi cerrada, vi que la mujer giraba el cartel mientras me sonreía y ponía CERRADO. Entonces oí como ponía el pestillo. Ahí estaba yo, calva completamente, con una sensación de extraño frescor que recorría mi cráneo afeitado, en contacto con el aire frío de la noche. Hice el ademán de ponerme el pelo detrás de la oreja, un tic que había adquirido con el paso de los años, y me di cuenta automáticamente de que ya no había nada que apartar. Con la mano abierta me toque la calva, y me dirigí a casa con paso firme, y la cabeza bien alta. Definitivamente, eso era lo que andaba buscando.

mdj
Author: mdj

7 comentarios

    me gustaa jeje espero que agas mas istorias felicidades

    Me gusto la historia a mi en lo personal me guataria afeitarme la cabeza pero no me animo

    hola mi fantasai es ser una travesti con mi cabea rapada al cero mi msn es
    [email protected]

    @tanya_trans si claro

    Hola yo quisiera que me informaran de alguna pagina o algun link, donde hubiera videos de corte de pelo con un poco de sexo gracias!

    Me gustariA vivir algo asi

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