11. Autocastigo

-Buenas  tardes

-Hola, siéntate.

Mientras lo hacía, me anudo un pañuelo blanco al cuello, que me dejó cubierta por completo.

-Qué quieres que te haga?

-Pues vera….le va a parecer raro, pero quiero que me de el corte de pelo más corto que usted pueda darme…-Tenía ganas de echarme a llorar. Díos mío, mi hermoso y largo pelo…¡¡¡ La señora me sonrió maliciosa y dijo:

-Estás segura? ¿El más corto?

-Si…si…El más corto…

-Muy bien, pero quiero saber por qué lo haces.

Decidí contárselo.

-Me merezco un castigo duro.

-Te lo has impuesto tu?

-Si, y créame que me lo merezco.

-Está bien, si te lo mereces, te voy a hacer un corte que no olvidarás en tu vida…

-Mmm…sssi , si…eso….bien cortito…-

Empecé a removerme inquieta en el asiento, estaba empezando a arrepentirme de aquel sacrificio que iba a hacer, y para colmo, aquella señora parecía bastante perversa.

-Agacha la cabeza.

Lo hice, y con unas grandes tijeras, empezó a cortarme mechones desde casi su comienzo…

-Te dejare el pelo cortado sobre los hombros, para que te despidas.

Estaba siendo muy humillante, pero lo peor empezó cuando la señora, disfrutando de todo aquello, saco una máquina de afeitar enorme. Yo me lo estaba temiendo. Sabía que no era casualidad que el destino me hubiera puesto por delante a la peluquera más sádica de la ciudad. Era parte de mi castigo.

-No te muevas.-Me miré en el espejo. Estaba pálida. Pero no la detuve.

Empezó directamente sobre mi frente. Al verme la franja blanca, me rebelé. ¡NO pensé que me fuera a rapar al cero¡¡

-Oiga…No se ha pasado un poco? …Quizás recortando con las tijeras hubiera sido suficiente…

-Eh, ni una queja¡¡.-Dijo sin dejar de pasarme la maquina una y otra vez por la frente…-como tu misma has dicho, esto te lo mereces, y además has ido a dar conmigo, que me encanta dar lecciones a chicas rebeldes como tú, si tu mismo te has impuesto el castigo, es que te lo mereces, y mucho,  así que resígnate….espera, voy a coger el teléfono.

La señora se demoró a posta, para que me viera durante más tiempo  en el espejo. Tenía la frente y la coronilla completamente peladas, en la nuca aun me quedaban algunos mechones sueltos, algunos todavía largos,  tenia parches irregulares por toda la cabeza, estaba  realmente ridícula, tenia calvas por todas partes, no podía dejar de mirarme, no daba crédito. La llamé:

-Por favor, termine ya¡¡

-Chica, pero si no hemos hecho más que empezar…-Y empezó  a reírse…Yo no sabía de lo que estaba hablando, y decidí callarme y no preguntar…Gran error…

Me paso la máquina una u otra vez por todas partes, apenas quedaba un franja de1 mm de mi hermoso pelo. Empecé a levantarme y a quitarme el pañuelo del cuello. Ella me detuvo.

-¿Dónde vas, no hemos acabado?-Me empujó suavemente y volví a tomar asiento. Yo me sometí.

-Ah, no? Pensé que…

-Pensaste demasiado rápido, no?…Aquí, sentadita estás mejor…-Dijo volviendo a anudarme el pañuelo, esta vez, un poco más apretado…-Todavía se pueden dar unos cuántos apuraditos más, no crees…?

-Maaaasss….??¡¡¡Pero si apenas se me  ve una sombra…

-Pues por eso precisamente. Esta sombra de pelo te queda horrible…Lo mejor va a ser quitarlo todo, no? Te voy a rapar con la cero auténtica.  NO te muevas.

Me pasó otra maquinilla, esta vez más pequeña, que dejaba cada vez más blanca mi cabeza…La mujer parecía tan decidida, que no me atrevía  a abrir la boca, no pensaba acabar tan calva. Estaba deseando irme, pero  la culpa me mantenía sujeta al asiento. Veía la parte de atrás de mi cabeza desde el espejo y no podía creer que esa enorme calva me perteneciera…Se me veían una cabeza y unas orejas gigantes. Y esta mujer no paraba de raparme una y otra vez, pero si apenas quedaba nada por cortar…¡ahora, si que pensé que era el final, cuando la mujer me obligó a echar la cabeza hacia atrás…Sentí, horrorizada, como me extendía espuma de afeitar con una enorme brocha de barbero.

-Afeitado? Con jabón y cuchilla? No por favor…Esto es más humillante aún…¡

Sin dejar de enjabonarme dijo,

-Que te quede claro:  Me pediste el corte más corto que yo pudiera darte, y eso, en mi profesión, es el afeitado total… Tú en el fondo,  quieres parecer una bola de billar, no lo niegues. Has venido aquí para eso…Son muchos años de experiencia, guapa… El afeitado es lo único que apura al máximo, con la maquina siguen quedando algunos pelillos sueltos, y las bolas de billar no tienen sombra alguna de pelo, verdad?

-Nnno    no….Pero…Yo…-Me parecía horrible estar pasando por aquella situación…

-Ni pero ni nada, eso pediste y eso tendrás…

No dije nada . Me limité a quedarme muy quieta, a dejar que me extendiera la espuma con una brocha de barbero…Me obligué a mirarme. En el fondo sabía que me lo merecía. Cuando mi cabeza estuvo completamente cubierta de una densa capa de espuma de afeitar,  cogió una navaja y empezó a pasarla, una y otra vez. Sentía la navaja justo en lo alto de mi cabeza, a través del espejo veía, desde todos los ángulos posibles, como iba afeitándome con minuciosidad. La mujer insistía en la coronilla una y otra vez, y detrás de las orejas, aunque el cuello me lo repasó ni se sabe cuántas veces.¡¡ Enjabonaba las veces que hiciera falta para asegurarse el máximo apurado.

Cuando termino de pasar la navaja insistentemente una y otra, vez, volvió a preparar espuma y a enjabonarme por completo muy lentamente. Yo no daba crédito.-Ahora si que protesté.

-¿Otra vezz??¡¡¿No le parece que ya estoy lo suficientemente afeitada?

-No…Aún puedes estarlo más…Vas a ver…

Esta vez insistió repetidamente en la frente. Por un momento temí que me enjabonase las cejas. Respiré aliviada cuando empezó  a secarme, pero volví a aterrarme cuando al dejar la toalla, cogió de nuevo la brocha y la espuma.

-Esta tercera vez de propina, porque has protestado  mucho… y para volver a  asegurarme de que no te queda nada…-Me resigne. Ya daba igual…

Mientras me volvía a enjabonar, los demás clientes de la peluqueria no dejaban de mirarme. No se podía estar más calva de lo que yo estaba. Justo a mi lado, había una chica sentada con una melena rubia de ensueño que una peluquera rizaba con cuidadoso esmero…La chica me miraba horrorizada y su pelo hermoso y largo contrastaba con mi cabeza cada vez más lisa y brillante.

Mi peluquera particular, repasaba y repasaba con la navaja…Estaba resultando terriblemente humillante. Además ella parecía estar disfrutando de todo, hacía las pasadas lentamente, cambiaba de navaja cuando le parecía que no apuraba al máximo…llevaba alli sentada casi dos horas¡¡

-Vamos a afeitar otra vez la línea de la  frente, que aquí estoy notando que raspa un poco…¿sabes? Las bolas de billar no tienen cejas…-Y bajó con la brocha hasta enjabonarlas bien…Abrí los ojos de par en par…-Eso complementaría muy bien tu castigo, no crees…?-me inclinó la cabeza hacia adelante para volver a enjabonar el cuello mientras me dejaba decidirlo…- Que yo te las afeito también en un segundo, no me cuesta nada, mujer, y total, después del afeitado que te estoy haciendo…qué más da ya…no crees…?

Y antes de que me diera cuenta, estaba diciéndole casi hipnotizada:

-Quiero un afeitado integral hasta las cejas, si es tan amable…Y cuando termine, haga desaparecer también mis pestañas…- Ella me sonrió maliciosa. Y mientras las afeitaba me dijo:

-Así me gusta, una chica valiente…NI un solo pelo en toda tu cabeza… Porque ya sin cejas si que serás una autentica bola de billar…ya verás que fresquita vas a estar ,mujer, calva y sin cejas…Un corte muy favorecedor…no te parece??-dijo irónica

Cuando me miré en el espejo, no me reconocía…Nada. No quedaba nada. Y el efecto se veía considerablemente peor sin mis cejas ni pestañas. Pero mucho peor¡¡

-Y ahora para terminar, un poco de cera…SE te ha quedado muy seca la piel, y esta calva no puede pasar desapercibida, está sin brillo, de tanto que he apurado,  así que…

Sacó de un cajón una tela de gamuza. La untó con una pasta cremosa. Llamó a su compañera y le pidió que le ayudara a abrillantarme la calva. Las dos, cada una por un lado, restregaron y restregaron con la tela durante varios minutos, en silencio, concentradas en la tarea, hasta que mi cabeza quedó reluciente y brillante. Me mire atónita.

-Yo no quería acabar tan calva…Míreme,

-NO te queda nada…NO, de eso me he asegurado, soy una profesional…

-Soy auténticamente una bola de billar…¡¡MI cabeza refleja la luz¡¡

-Esta cera hace milagros…¡¡

-¿Cuánto tiempo pasará hasta que vuelva a crecerme, aunque sea algo…??

-¡ Cuanto me alegro de que hagas esa pregunta…¡estás de suerte¡¡ acaban de crear un producto que alarga el proceso del afeitado de cabeza  y hace que no crezca  ni un milímetro en una semana…es decir:  si te la pones a diario, logrará que tu cabeza se mantenga  reluciente y resbaladiza día tras día…Mantendrá este apurado tan bueno¡¡¡. Y LO MEJOR DE TODO ES QUE, si te lo usas regularmente, inhibe por completo en 6 meses el crecimiento del pelo. Te da la posibilidad de estar así de Calva para siempre.¡¡es maravilloso¡¡

Realmente no sé de dónde saqué la fuerza para preguntar tímidamente:

-…Y…¿no tendrán ese producto, por casualidad, en esta peluquería…verdad…?

La mujer volvió a sonreir maliciosa y dijo sacando un gran bote circular de un cajón:

-Por supuesto…¿Quieres que te lo ponga? Me tomará solo cuestión de un par de minutitos de nada…

Dios mío¡¡no había caído en esa posibilidad- Si era terrible estar así, más horrible era la idea de estar calva, brillante y resbaladiza permanentemente…

Me iba a dar algo….Pero mi culpa era muy grande, y aquella puta lo sabía. Asentí con sumisión:

-Adelante…Póngamela….

Ella sonrió maliciosamente. Se puso manos a la obra, satisfecha de su ojo clínico. Me untó aquella pasta blanca por todas partes, incluidas mis ausentes cejas, y sin tan siquiera preguntármelo¡¡. Cogió la gamuza y empezó a refregar  por todas partes. Incluso paró un segundo para volver a coger la navaja porque había notado un minúsculo pelo olvidado detrás de mi oreja… Me pareció que tardaba una eternidad. Frotaba y frotaba por todas partes…Como notaba mi impaciencia dijo

– Ya acabamos…A cambio de este pequeño extra en tu afeitado tendrás una semana de calva brillante y resbaladiza… Ya está : Ahora sí que hemos terminado… Mírate bien…

Era imposible estar más calva de lo que yo estaba.  Mi cabeza y mi frente reflejaban la luz de todo el salón. Había quedado realmente brillante. Era absurdo pensar que ahí antes había habido pelo alguna vez. No podía dejar de mirarme, estaba petrificada.

-¿Has pensado cuanto tiempo va a durar tu castigo?

¡Hija de puta¡¡estaba en todo¡¡

-Con cuanta frecuencia me recomienda que venga para que esté siempre así?

-Depende de si usas la crema…Pero creo firmemente que tu paso por este sillón es obligatorio….digamos…una vez a la semana, así afeitamos justo cuando te empiece a asomar pelo…Sin falta.

Me volví a mirar en el espejo. Atónita.

-Vendré cada sábado a las 10 de la mañana, durante los próximos 6 meses…Y cada sábado quiero salir de esta peluquería exactamente igual que hoy…Absoluta y totalmente calva, afeitada, encerada y abrillantada…

-Pues aquí me tendrás para el tratamiento completo, no lo dudes… Has pensado en las consecuencias de  venir cada semana durante los próximos meses y usar la crema….?

-SI. Justo lo que quiero.

-Te regalo la crema, llévatela. Pero póntela a diario, está claro?

-Si. Cada mañana, sin falta.

mdj
Author: mdj

2 comentarios

    Como me gustaría que dejen así, calva y brillante

      ¿De dónde eres? Yo te puedo dejar calva y brillante.

Deja una respuesta

Leave the field below empty!

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.