Historia de Estefanía (por Pablo)

1ª parte: La confesión

Mi nombre es Estefanía, tengo 30 años, y soy una mujer con su propio negocio, tengo un local de venta de electrodomésticos en la provincia de Tucumán, Argentina. Además, estoy casada hace un año con un hombre de 32 años, con quien tengo una buena relación ya que convivimos hace siete. En el sexo estamos muy bien aunque él siempre buscó jugar mucho con mi cabello – rubio y largo a media espalda -, y no lo entendería hasta aquella noche.

Él vino a buscarme a la hora de cierre del negocio, y justo había sobre la mesa una máquina de rapar que finalmente no llevó el último cliente, era la última que me quedaba y no era el modelo que le convenció. Mi marido suele raparse eventualmente en diferentes medidas, pero le pareció interesante la idea de no ir nunca más a la peluquería.

Le dije que lo llevaríamos y, podría ayudarlo yo, realmente me animaba a ayudarlo ya que lo noté entusiasmado. Esa noche cenó muy rápido, acostó algo más temprano de lo habitual a nuestros hijos, y pidió que vayamos a la habitación. Por suerte tenemos un pequeño baño privado, donde destacaré del mismo el espejo para poder dejarlo bien, y el jacuzzi que tan bien nos hace a la pareja. Tomó la butaca y se sentó frente al espejo, pidió que lo rape, ya que no irá más a la peluquería.

Al ser la inauguración, pidió que se la pase al 0. Y así fue, le fui pasando la máquina y comenzó a excitarse cada vez más, a medida que avanzaba con la rapada.

Comenzó a besarme mucho y tocarme por todos lados, de forma más intensa que otras veces, lo noté porque apretaba con mucha fuerza mi cintura hacia su cuerpo, mientras sus besos eran con total rapidez.

Entonces decidí preguntarle, ¿qué te sucedió luego de haberte rapado? Me respondió que nada, que esa noche estaba muy bella, simplemente eso, y que le gustó que haya sido tan dulce de acceder a raparlo. Pero no me convenció la respuesta, me pareció muy ambigua, así que lo frené y le dije que no seguiríamos hasta que no me comente qué le sucedió, aunque por supuesto me encantaba como estaba, me interesaba saber qué le causo encenderse tanto.

Así que me hizo ir a la habitación, sentarnos, y antes de comentarme pidió que no me burle de él, ya que me confesaría algo que no pudo con nadie y le daba mucha vergüenza. Mencionó, “me gusta que me hagan cortes de cabello las mujeres, por alguna razón siempre creí que me encendería de esta forma y así fue. Yo lo miré sorprendida, no podía creer lo que me estaba comentando, jamás escuché algo igual, entonces miré mi cabello y me pregunté si me sucedería lo mismo.

Voy regularmente a la peluquería a cortarme las puntas y no me sucede algo así, aunque recuerdo cuando teñí mi cabello sorpresivamente hace dos años mi marido terminó proponiéndome casamiento pese a que ya convivíamos. Ahí empezó a cerrarme todo… entonces tuve una idea.

¿Marcelo – ese es su nombre – Qué te parece si me haces un pequeño retoque de puntas, con la misma máquina? Quiero ver si me sucede algo particular como lo tuyo, estaría bueno que te animes porque, al tener el pelo recto, solamente tendrás que seguir la línea un cm más arriba, para renovarlas.

Ni siquiera preguntó, tomó una toalla a mano y me llevó de nuevo a nuestro baño. peinó mi cabello que está bastante lacio en esta noche y encendió la máquina. Él comenzó a cortar un cm, necesitaba probar la experiencia, no iba a pedir más porque jamás corté demasiado mi cabello.

No se qué sucedió dentro de mi, tampoco me encendí como él pero me resulto tan… ¡íntimo! Jamás me cortó el pelo un hombre y menos alguien con quien tuviese un vínculo amoroso. Quizá pediré dentro de unos meses que me vuelva a retocar las puntas, o quizás que pruebe a cortar más.

No se lo que podrá suceder, sólo que agradeceríamos de por vida que haya quedado la máquina de afeitar en el negocio, dando el pie a la confiesión que me hizo tener una de las mejores noches de sexo con mi pareja.

2ª parte: Experimentos con doble filo

Han pasado siete meses desde la vez que me cortó las puntas mi marido con la máquina, jamás me habia pasado que recortaran de esa forma, ¡siendo mi marido y una máquina de rapar! Entonces mi cabello estaba a media espalda, ahora me está pasando los pecho y, alguna que otra vez lo tuve así, pero me interesaba volver a experimentar un poco más de corte junto a mi marido. A él si lo seguí rapando regularmente, lo cual nos hizo un cambio en la vida sexual.

Mientras estaba abriendo el local para el turno tarde, se me cruzaba la idea de experimentar más allá, y entonces lo llamé a mi marido.

– Hola amor, quiero que me escuches con atención.

– Hola hermosa, decime.

– Necesito que compres una tijera para cortar el pelo, que sea buena, me decidí a que me cortes un par de centímetros.

– ¿Lo decís en serio?

– Sí

Dicho y hecho. Para la hora de cierre apareció en el local, y cuando se fueron todos me mostró lo que había adquirido. Eran unas tijeras que me daban ganas que use sobre mí, necesitaba sentir aquella intimidad de entregarme a él y me ayude a ser yo misma. Por supuesto que ese día sucedió tal cual cuando lo rapé por primera vez, acostamos a nuestros hijos temprano para tener tiempo para nosotros.

Cuando me siento en la silla, él me peina el cabello y me dice…

– Volvió a crecer bastante tu cabello, ¿cuánto querés que te corte?

– Podrías empezar por dos centímetros, a ver cómo se te da esto de cortar.

– ¿Empezar? Eso quiere decir que habrá más… ¡me excita mucho amor mío! Por supuesto que se cómo cortar, divido en parte superior e inferior, para poder cortar más cómodo y asegurarme que todo quede bien alineado.

– Parece que mi estilista íntimo estuvo buscando información, con razón tanto misterio en los últimos dos meses con la tablet…

– Así es, muchos videos y aprendí a hacer inclusive cortes bob.

– Por favor amor, empezá.

Dividió el cabello tal cual me prometió, así que con ayuda del peine, empezó a cortarme dos centímetros. Lo emparejó y quedó muy bien, realmente el resultado me encantó. Pero aun más el hecho de sentir cada crujido de la tijera, ese movimiento tan filoso, y ver mi cabello caer al piso, me hizo sentir que Marcelo me cuidaba, que hacía todo, pero absolutamente todo para mí.

Como era de esperarse, me encendió muchísimo para hacer el amor con él, así que me tiré encima de él y lo empecé a besar demasiado, aunque dejamos las tijeras muy cerquita. Mi pelo aun seguía largo, era consciente de eso, pero quién sabe qué sucedería con ese doble filo, tal cual sus hojas, por un lado me hacía sentir intimidad, y por el otro, comenzaba a excitarme mucho. Mi duda comenzó a ser dónde pararía…

3ª parte: Consecuencias del doble filo

Luego del corte, durante cinco meses seguimos pensando en la vez que me cortó dos centímetros y me excito mucho. Me interesaba seguir, pero antes de cortar no estaba segura de hacerlo, aunque siempre apoyábamos la tijera cerca de mi cabello cuando íbamos a hacerlo, jugando a que realmente iba a cortármelo, el cual ya estaba bastante más abajo.

Ya estaba por cumplirse un año desde la confesión, y ese aniversario caería en fin de semana. Fue tan especial para Marcelo que me propuso irnos ese fin de semana a Federación, en Entre Ríos a descansar, y, llevaríamos la tijera para jugar al menos, como también la máquina de rapar si es que él tenía ganas. Pudimos dejar a nuestros hijos a sus padres que los cuiden y emprendimos viaje.

Al llegar allá tuvimos una tarde hermosa de día sábado, disfrutamos mucho de la pileta y relajarnos, hasta que después de cenar, volvimos a la cabaña que alquilamos. Aquella noche algo sucedería, las tijeras estaban muy cerca y teníamos mucha intimidad. El juego con las mismas empezó a ser muy intenso, y yo comencé a hacerle sexo oral. De pronto me salió decirle del alma:

– Ya que tenes tomado mi pelo, córtame, bastante, y no estoy jugando.

– ¿Estás segura? Mejor habría que dejarlo para la próxima, me encantaría pero a ver si te disgus…

Antes que pudiera decir “…tas” ya había tomado la tijera y me corté un buen mechón a altura del hombro. Así que le dije “Seguí arreglándomelo ahora”. Tomó todo mi cabello, el cual medía unos 45 centímetros y cortó 10 centímetros. Elegí que él quede sentado y yo encima suyo de espaldas para que me corte mientras hacíamos el amor.

– Más amor.

Otros cinco centímetros se habían ído, me rozaba el cabello los hombros y él se ponía a hacerlo con mayor intensidad, aunque se rehusaba a seguir temiendo que no me gustara.
– Corta amor, tomalo como una colita de las que me hago yo y cortala toda, vamos no importa ¡ me está encantando!

Tomó todo y empezó a caer el cabello sobre la cama, no podía creer en parte lo que me había llevado a hacer eso, fueron tantas emociones encontradas por el aniversario que, me dieron ganas que me corte mucho y tenga que arreglarme el cabello.

Cuando ya terminamos le dije que seguiríamos haciendo el amor una vez él me arregle el cabello, pero que quería experimentar que me pase la máquina aunque sea en una pequeña parte de la cabeza. Entonces me sugirió hacer un corte tipo bob, donde ató parte de mi cabello, y dejó suelta desde la sien, haciendo una curva hasta detrás de la oreja, de ambos lados.

Encendió la máquina y se la pedí al 3, empezó a pasarla y yo me sentía tan excitada, me encantó en el momento de excitación dicha acción. Luego empezó a cortarme la parte de atrás, de a poco para que quede escalonado, y la parte de los costados, le hizo lo mismo, aunque desfilando un poco la tijera para que tenga movimiento. Lo rapado ahora sería apenas un secreto entre nosotros dos, él estaba tan excitado como sorprendido, yo en ese momento no quedé sorprendida, me limitaba a sentir.

Pero si a la mañana siguiente, viendo todo el cabello que habíamos cortado, mi foto con él en el celular donde tenía el pelo largo, y cómo estaba ahora, a pesar que me gustaba, extrañaba mucho el pelo largo, me dieron ganas de llorar. Eso sí, nos tomaría un par de años crecerlo mucho y seguiríamos experimentando con ésto, mi marido notó que estaba con ese sentimiento y antes que él se pudiera sentir culpable le dije.

– Yo elegí esto, lo importante es que anoche disfrutamos como nunca, ahora lo vamos a volver a hacer crecer juntos, estas son las consecuencias del doble filo mi amor.

mdj
Author: mdj

8 comentarios

    muy bueno, ya me gustaria encontrar una chica asi

      me alegro que te haya gustado! un fuerte abrazo!!

    Bonita historia. Felicidades.

      Me alegro que te haya gustado José. Un fuerte abrazo, veo que sos nuevo por acá, aprovecho a darte la bienvenida y ya tendremos tiempo para chatear!

    Excelente historia pablo.
    Me encanto¡¡¡
    te felicito.

      Me alegra que te haya gustado Adriana, espero poder subir pronto nuevas historias!!!

    Bella historia y muy bien narrada.me identifiqué en el momento q.leia recién. Busqué mi peluquera por razones similares. Es un poco esta historia una situación ideal y deseada.

    que buena historia me gustó mucho muy bien contada

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