Unidas por siempre (por Joaco)

Con mi hermana siempre hemos sido muy unidas, nos llevamos tan solo un año y medio de diferencia (ella es mayor) y ambas vivimos juntas en un departamento en la ciudad.
Hace un par de meses luego de cenar le comenté a mi hermana que quería hacerme un cambio de look pero que no sabia bien que hacerme.
-‘Ana, quiero hacerme algo en el pelo me cansé de llevarlo siempre igual.’ (Desde pequeña que llevo el pelo largo y rubio.)
.-‘Yo igual quiero hacerme algo Rocío yo sé lo que quiero pero no sé si a ti te va a gustar, si es así podemos hacerlo juntas’.
Se quedó callada y sin más fue al baño y trajo una máquina de rapar (que dejó el dueño anterior de la casa y que creí habíamos tirado).
Al verla me asusté y casi tartamudeando dije:-‘No estarás pensando en que…’
-‘Si estoy pensando en que nos rapemos la cabeza’
-‘Estás loca Ana como piensas que te voy a hacer caso y me voy a rapar mi hermosa cabellera rubia’
-‘Anda Rocío es solo pelo luego crecerá.’
‘-Pero es que…’
‘-Pero que?, no pongas excusas anda hazlo por tu hermanita que te quiere tanto.’
‘Vale, pero hagámoslo rápido antes de que me arrepienta.’
‘-Sabia que mi hermana no iba a dejarme sola gracias hermosa.-
Fuimos al baño y ella se sentó en una sillita que trajimos de la cocina.
‘-Primero voy yo Rocío así que prepárate que me vas a rapar.-
Luego de decir eso y de tomar la maquina me puse muy nerviosa mis manos sudaban no sabía lo que estaba haciendo era la locura más grande estaba por raparle la cabeza a mi hermana.
-‘A qué número quieres?.- Dije con la voz temblorosa.
-‘A cero no quiero un solo pelo en mi cabeza.-
-Segura?. Sabia que eras loca pero tampoco para tanto.’
-‘ Nunca estuve tan segura como en este momento’.
Saqué la guía de la maquina y luego de peinar su pelo rubio (igual al mío) y de hacerle una coleta, la corté sin darle tiempo a decirle nada solo sonrió pícaramente.
Encendí la maquina y al escuchar el ruido fue algo mágico, fue el sonido más hermoso que escuché en mi vida. A medida que iba pasando la maquina por la cabeza de mi hermana, más disfrutaba la faena, era como si toda mi vida hubiera esperando por ese momento, era feliz.
-‘Parece que estás disfrutando el dejarme calva eh?’.
-‘mmm si bueno… Es que estás quedando muy guapa, me gusta mucho-
Al terminar de rapar, ella se vio al espejo.
.-Viste que no era tan mala, hasta me veo más bonita y todo, me encanta. Ven y tócame la pelada.’
Me acerqué temerosa a mi hermana y puse mis manos sobre su cabeza recién rapada. Al hacer eso sentí una sensación de placer como nunca antes.
Sonreí mientras le hacia unos chistes con respecto a sus orejas (que eran grandes y resaltaban con la cabeza rapada).
-‘Bueno Ana, ahora es mi turno estoy en tus manos.-
Ana encendió la máquina y en ese momento cerré los ojos y aunque al principio estaba nerviosa y tensa, cuando la maquina empezó a pasar por mi cabeza me relajé tanto que hasta llegué a disfrutar el momento, me olvidé de todo, éramos solo la maquina de rapar y yo.
-Bueno hermosura, Ana ha terminado su trabajo en la cabeza de Rocío. No es por nada pero que bien que te ha quedado me gusta mucho.
-En serio?. No me atrevía a mirarme al espejo.
-Si en serio confía en tu hermana. Vamos mírate al espejo y ve por ti misma, vas a ver, te ves como toda una princesa.
-Vale. Me armé de valor y me miré al espejo. Al verme me di cuenta de que esa era la verdadera yo, así al natural sin tapujos, sin toda esa mata de pelos que cubriera mi cabeza. Me veía hermosa, delicada, fina y para mi asombro muy femenina así peladita. Me encantó el resultado. No paraba de tocar mi calva con mis manos mientras me reía, lo disfrutaba mucho.
De la emoción y felicidad se me escaparon unas lágrimas.
-Gracias por hacer que vea a la verdadera Rocío. Te amo, eres la mejor.
-No hay nada que agradecer en el fondo sabia que te iba a gustar esto de raparte la cabeza. A mi igual me gustó, lo disfruté mucho no me arrepiento.
-Ni yo Ana, me encanta esta nueva Rocío. Soy feliz ahora, una calva feliz.
-Yo igual estoy feliz Rocío, siempre estaré a tu lado para todo no lo olvides.
Al otro día al ir al trabajo todos mis compañeros me dijeron lo hermosa que me veía peladita y hasta un amigo me invitó a cenar y me confesó que le gustaba calva (pero esa es otra historia).
Ese día descubrí que una mujer no necesita de su pelo para sentirse bonita, el pelo es un accesorio que puede estar o no, pero no define a una mujer como tal. No por el hecho de no tener pelo se deja de ser mujer.
A partir de ese momento todas las semanas cuando nos crece aunque sea unos centímetros de pelo, repetimos la experiencia de raparnos al cero y cada ve lo disfrutamos más, por lo que planeamos por mucho tiempo no volver a nuestras antiguas cabelleras rubias que no extrañamos para nada.

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Author: mdj

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